Las distintas formaciones que tuvo Pez a lo largo de 30 años de historia volverán a subir a escena en el concierto del próximo sábado 16 de diciembre, a las 20, en el Teatro Vorterix (Lacroze 3455), en un show retrospectivo en el que la banda repasará su trayectoria y mostrará canciones de Ion, su más reciente disco, en medio de la incertidumbre en torno al futuro de la banda. "En este momento no puedo más que mirar el presente", se sinceró Ariel Minimal, líder de la banda.

Más allá de este panorama incierto, el grupo que actualmente completan Fósforo García en bajo, Franco Salvador en batería y Hernán Espejo en guitarras, tendrá su noche de "bandas eternas" a partir del exhaustivo recorrido por todos sus discos a cargo de los músicos que participaron en cada etapa. "Será un show para conmemorar de algún modo los 30 años de la banda, que comenzó en diciembre de 1993. Convidamos a un montón de exmiembros de Pez a que pasen esa noche a visitarnos y contar entre todos el cuentito. Será el famoso `30 años en una noche´ que está tan en boga", detalló Minimal. "No son invitados, son parte de Pez. Es como los presidentes, que una vez que cumplieron su mandato se les sigue diciendo 'presidente'. En este caso son miembros de Pez que se suben al escenario y cuentan parte de la historia".

-¿Cuál es tu relación personal con las canciones de otras épocas?

-Es que nosotros nunca nos podemos disociar del todo de ese material porque hemos tocado incesantemente en estos 30 años y todo el tiempo estamos revisitando canciones; no es que hay alguna que no hicimos más. Puede ser que haya alguna canción específica con la que nos estamos reencontrando, pero no hay épocas a las que no hicimos referencia nunca más, entonces nada nos resulta lejano. Sí tal vez la sonoridad, porque puede ser que haya alguna canción grabada originalmente como quinteto y luego la tocamos mucho tiempo como trío; ahí sí hay una diferencia respecto a cómo había quedado en el disco y a la manera en que la veníamos tocando. Eso es interesante porque yo también me redescubrí en muchas canciones. Esto nos permite ver quiénes fuimos porque hemos sido bandas muy diferentes y ver todo junto en una noche en un desfile incesante de formaciones es algo notable.

-¿Cuál creés que es el factor común que se mantuvo en estos 30 años y que define a Pez?

-No sé, me cuesta abstraerme y mirar de afuera. Lo que sí siento es que con Pez hicimos lo que quisimos. Hicimos la música que quisimos durante 30 años, no hay nada que no hayamos querido hacer, no hubo concesiones y eso, por suerte, está ahí disponible.

-Hay un prestigio ganado por eso que se ha convertido en el gran capital de Pez.

-Pez no tiene ningún capital (risas). El prestigio no cotiza en bolsa. Lo que yo más valoro de Pez es que siempre estuvo atento al presente, haciendo. Eso es lo más interesante.

-En este recorrido por todos los discos de Pez, seguramente Ion ocupará un lugar central del show.

-Ocupa un poquito más de lugar que otros discos. De hecho, el show va a empezar con el nuevo disco. Tocaremos tres o cuatro canciones, y eso no pasa con ningún otro disco a la largo de la noche. Si tuviéramos que tocar tres o cuatro temas de cada disco, tendríamos que hacer un show de cinco horas.

-Ion es un disco muy orgánico. Si bien la banda siempre se caracterizó por trabajar de esta manera, en estos tiempos esta metodología toma un significado especial. ¿Es un mensaje de resistencia o simplemente un saber hacer que no se negocia?

-Entiendo que pueda verse como un acto de resistencia, un acto demodé o un ritual, pero nosotros no lo hacemos para mostrar nada. Simplemente es el modo en que nosotros disfrutamos de registrar las canciones. Se le puede buscar un gesto pero no sé si es la idea primigenia; es la manera en que hacemos las cosas. Claramente, lo que hace Pez es rock y el rock tiene su estética, sus formas. Nosotros pertenecemos a eso. Hay un rock que se graba de otras formas y se toca con máquinas, pero no es nuestro caso.

-¿Cómo continúa Pez luego de este show en Vorterix?

-Estamos en un momento muy raro de Pez porque por primera vez no hay futuro. No tenemos manager y estamos medio como bola sin manija. Es la primera vez en nuestra historia que no hay un plan. Vamos a ver cómo se lleva eso con la realidad. En este momento no puedo más que mirar el presente.

-¿Corre peligro la banda o sentís que las solas ganas de hacer música alcanzarán para superar el momento?

-Hay un tema del nuevo disco que dice "somos fantasmas habitantes de un castillo cuyo alquiler ya no podemos pagar" y Pez está cerca de esa realidad, de no poder pagarse una sala de ensayo y cosas así. Si hay un futuro, tal vez no sea como el pasado. Somos una banda que tuvo sala propia mas de 25 años, y había una pulsión a juntarse y crear tipo club social; la sala como un club de algún modo, como lugar de encuentro. Si no tenés sala propia es difícil, es juntarse a tocar cuando salen nuestros shows y no sé si nos interesa eso. Veremos cómo perfila la cuestión socioeconómica en el país, ahí veremos qué puede ser real y qué no. Ganas de tocar tenemos siempre. La energía la tenemos pero luego hay que ver cómo se choca con la realidad esa energía, qué se puede hacer. El tema es que Pez no es una banda popular, entonces cuando no tenés una cantidad de gente que pague tickets, todo se hace cuesta arriba. Nosotros siempre tuvimos una preponderancia hacia lo creativo, por eso tantos discos que sacamos en estos años; pero siempre nos costó la cuestión organizativa, salir a tocar, hacer de esto un laburo rentable. Yo manejo lo que puedo, lo otro la verdad que no me sale. "Vamos viendo", se llama esto.