Una delegación del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, encabezada por el subsecretario para Asuntos Internacionales, Jay Shambaugh, se reunió en la tarde de este lunes con los principales referentes políticos y económicos del gobierno. No participó del encuentro el presidente Javier Milei, aunque la reunión se interpretó como un intento de acercamiento de uno de los principales funcionarios económicos de Estados Unidos a la política que en la materia desarrolla el nuevo gobierno.

Casi como un monitoreo sobre la economía argentina, Shambaugh, considerado como uno de los asistentes más cercanos a la jefa del Tesoro de su país, Janet Yellen, se reunió al mismo tiempo con Luis Caputo (ministro de Economía), Santiago Bausili (presidente del Banco Central), Nicolás Posse (jefe de gabinete) y Guillermo Francos (ministro del Interior), ante quienes manifestó su aprobación hacia "el compromiso del gobierno destinado a restaurar la estabilidad económica", según expresa el comunicado publicado por el Departamento del Tesoro del gobierno de Joe Biden.

"El subsecretario Shambaugh analizó la visión de la administración Milei para la economía argentina, y discutió con sus homólogos la importancia de centrarse en mantener el apoyo a los argentinos más vulnerables durante el difícil proceso de ajuste”, refiere también el comunicado publicado en Washington.

Acompañaban al representante del gobierno estadounidense el embajador Marc Stanley y otros funcionarios del Departamento del Tesoro. Previamente, Shambaugh y sus acompañantes habían mantenido un encuentro con Posse, en el Salón de la Ciencia de la Casa Rosada, que se extendió hasta las 13,30. 

El Departamento del Tesoro cumple un papel central en las decisiones del FMI, lo cual lleva a creer que los próximos vencimientos que debe afrontar el país ante dicho organismo entre enero y febrero (1922 y 810 millones, respectivamente) y la imposibilidad de hacerlo efectivo con los recursos disponibles en el Banco Central, fueron tema central de las conversaciones. 

Este es el tercer encuentro, en menos de un mes, que funcionarios de primera línea del gobierno argentino mantienen con autoridades estadounidenses.