La delegación del FMI que visita el país, encabezada por el filipino Ashvin Ahuja, jefe de la misión técnica, decidió prolongar por 48 horas la revisión macroeconómica y el programa en ejecución del gobierno de Javier Milei. La reunión mantenida esta tarde por los presentantes del organismo con el ministro de Economía y el jefe de gabinete, que estaba previsto como cierre de la visita, se transformó en la práctica en una nueva instancia de negociación. Luis Caputo y Nicolás Posse volvieron a transmitir la necesidad del gobierno de Milei de que el FMI desembolse los 3300 millones de dólares previstos originalmente para noviembre pasado, a cambio de cumplir "con creces" las metas del Acuerdo de Facilidades Extendidas de aquí en más. 

El Tesoro nacional afronta vencimientos por casi 4300 millones de dólares entre este martes 9 y el día 1 de febrero (entre pagos al FMI y vencimientos de cupones de títulos públicos en dólares) , y sólo cuenta con los 3200 millones de dólares que le transfirió el Banco Central de sus reservas a cambio de una letra del Tesoro. Pero se trata de una acumulación de recursos con una base ficticia, ya que la autoridad monetaria tiene clausurada, desde que asumió el actual gobierno, totalmente la venta de dólares para transferencias al exterior, ya sea pagos de importaciones o de deudas privadas de cualquier tipo. Es el "cepo" más grande sobre pagos al exterior que se haya visto en décadas en el país.

Las autoridades oficiales consideraron "muy positivos" los resultados del encuentro que, por 90 minutos, mantuvieron con la misión compuesta por Luis Cubeddu, el mencionado Ashvin Ahuja y el representante permanente del FMI en el país, Ben Kelmanson. Confían en que el organismo internacional acepte la dispensa solicitada ("waiver") por el incumplimiento de las metas de la séptima y octava revisión trimestral, correspondientes a los cierres del 30 de septiembre y 31 de diciembre pasados. Y acuerde en otorgar igualmente el desembolso de 3300 millones previsto tras la séptima revisión (debió ser en noviembre) y la octava (que debería verificarse en marzo). Por la primera, el gobierno recibiría 3300 millones de dólares, y por la segunda 1080 millones adicionales.

Del lado del FMI, no dejaron trascender ningún comentario. Abrieron un compás de espera hasta el miércoles, cuando culmine la visita de la misión técnica. O hasta el jueves, cuando está prevista en Washington la conferencia de prensa de la vocera del Fondo, Julie Kozack. 

¿Qué podría trabar el respaldo del Fondo, si la política económica de Caputo y Milei plantea un ajuste todavía más brutal que el del FMI? Desde Washington, no ocultan sus dudas sobre la consistencia del programa, que plantea una liberación casi absoluta de los precios de bienes y servicios pero por otra parte, ancla el valor del dólar en medio de una inflación superior al 20 por ciento mensual (con proyección más elevada), y además mantiene clausurada la venta de divisas al sector privado para pagos al exterior.

Por sobre todo ello, además, el FMI todavía carga con el fracaso del Acuerdo Stand By otorgado al gobierno de Mauricio Macri en 2018 por una cifra récord. Un paso en falso que, saben, no podrían repetir y menos con el mismo deudor, Argentina.