Hablar de Carlos Rottemberg es hablar de teatro. El empresario lleva casi medio siglo dedicándose, día a día, a la tarea de producir y poner sobre el escenario cientos de obras en diferentes puntos del país. Entrevistado por Víctor Hugo Morales en la AM750, el dueño de Multiteatro Comafi repasó los hitos de carrera, habló sobre los cambios de hábitos en los públicos, el rol de la empatía y por qué no aprende de sus errores.

Una temporada con menos consumo y más ventas

En primer lugar, Rottemberg habló sobre la actual temporada teatral en Mar del Plata y explicó que, pese a la baja del consumo generalizado que hay, producto de la situación económica, los números del teatro están siendo muy positivos e incluso superiores a los del mismo período del año pasado.

Para el empresario, esto tiene que ver con el rol de la “empatía” en plena crisis económica y una temporada marcada por el cambio de Gobierno. En concreto, con la propuesta que levantaron, junto a otras productoras, de mantener el precio de los tickets desde noviembre del año pasado.

De esta manera, Rottemberg explicó que, con entradas que van entre los 8 y los 12 mil pesos, lograron que en un contexto de caída del consumo y una ocupación del 70 por ciento, las ventas de entradas aumentara un 54 por ciento respecto al 2023.

“Hace 40 años, cuando comenzaba, se tomaba el precio del valor de Buenos Aires más un 20 por ciento, por el desarraigo, alquileres y temas que la distancia impone. Hace no menos de 10 años el precio de Mar del Plata está por debajo. Y este verano se nota mucho más”, explicó sintéticamente.

Cómo cambió la forma de ver teatro

Rottemberg puede, y lo hizo, medir su carrera en hitos históricos. Aseguró que comenzó en el mundo del teatro cuando gobernaba el país Isabel Perón, y que de ahí en adelante vivió un sinfín de momentos: “Pasé dictadura y democracia, actores prohibidos, hiperinflación, corralito, plan Bonex, Australes, Peso, Dólar negro, Dólar oficial, epidemia Gripe A, pandemia Covid 2020, temporadas donde no podíamos prender las marquesinas por falta de energía”.

Por eso, con 49 años de trayectoria en el sector, mira para atrás y puede ver los cambios se fueron produciendo, incluso en la forma en la que se consume teatro en el país. “Son demasiados años observando el comportamiento de los espectadores”, respondió ante la pregunta de Víctor Hugo.

“La gran diferencia que noto es que la publicidad antes era con las críticas de los medios sobre los contenidos. Hoy, se está pidiendo, y así se acomodan las cosas, que se diga cuántos miles de espectadores vieron la obra. Desde no leer la crítica, porque se reemplazó por estrellitas para decir si la obra es buena o mala, creo que hay un tema de darle menos bola a los contenidos y más a los números. Y es algo que para las artes escénicas no es bueno”, analizó al respecto.

No aprender de los errores

De la larga experiencia, Rottemberg también se jactó, con ironía, de ser un empresario que “no aprende de los errores”. Es que, según su punto de vista, en el teatro el error es lo más habitual: “Lo que aprendí es que de los fracasos no aprendo. Y me quedo muy tranquilo cuando se que proporcionalmente, seas una multinacional o la gran meca de los espectáculos, la proporción de cosas que no funcionan es mayor a las que sí funcionan”.

En este sentido, su filosofía es la de tomarse las “patinadas” con calma: “Si un emporio como Disney gastó años en marketing para elegir el lugar de Europa donde poner un parque y cuando se inauguró no funcionó; bueno, si Disney se puede equivocar en eso, yo que nací en Mataderos me puedo equivocar en cada patinada que haga”.