Santa Fe es la provincia con mayor cantidad de boletas para elegir diputados nacionales. En el cuarto oscuro habrá 10 boletas, luego de que las PASO "filtraran" otras 47 que ya no estarán. Esto va más allá de un dato estadístico y tiene relación con la dispersión del voto. Suponiendo que se repitieran los resultados de la primarias (a manera de ejemplo) sólo tres de las fuerzas que compiten conseguirían representación parlamentaria. La suma de las otras siete listas, aplicando el sistema D'Hont ‑el que rige‑ sería suficiente para colocar dos y hasta tres diputados. Sin embargo, el cambio de la conducta electoral de los santafesinos no construye mayorías claras y llega al punto de generar paradojas tales como que con un tercio de los votos, la fuerza que se imponga tendrá casi la mitad de los diputados en juego. Esto se vera con mayor claridad inclusive en la elección de concejales de Rosario, donde unos pocos miles de votos dejarán "en la puerta" ‑pero del lado de afuera‑ a más de un aspirante.

Muy atrás quedaron los tiempos de candidatos con más de 900 mil sufragios como Carlos Reutemann o superando los 800 mil, como Hermes Binner para ser legisladores nacionales. La ausencia de liderazgos definidos en las principales fuerzas de la provincia y la irrupción hace una década del PRO con candidatos conocidos pero no reconocidos, cambio el panorama y desde entonces "las marcas" subrogan a los líderes indiscutidos. La prueba más impactante esta en Cambiemos donde su candidato a primer diputado tiene un nivel de conocimiento en la opinión publica inferior al porcentaje de votos que obtuvo.

No hay mucha diferencia con el candidato del Frente Progresista, que también debuta como postulante pero tiene a su favor el reconocimiento por la gestión realizada en este par de años. En el caso del peronismo, su candidato es por lejos el más conocido, pero es sujeto de una polarización inducida por el gobierno nacional que para nada lo incomoda.

Con este panorama, al que agrega algún grado de incertidumbre la cantidad de nuevos votantes ‑que no participaron de las primarias‑ la razonable expectativa de que haya menos impugnados o nulos,  y el "despeje" de boletas, las proyecciones permiten aventurar que el 8%    para la categoría diputados y 5,5 % para concejales sería la cifra determinante.

Las circunstancias que rodean este comicio ‑cambiantes en horas de acuerdo a las noticias que se van dando a conocer‑ agregan otro elemento a la previa. No habrá festejos en ningún caso, más allá de que como suele suceder los rostros permitirán ver satisfacción o decepción, las horas siguientes al escrutinio serán de reflexión, y permitirán no sólo conocer cual será la composición del parlamento nacional, y también local, sino como quedan paradas las distintas fuerzas de cara al 2019. Difícilmente haya cambios en el orden de llegada. Aunque si lo hubiera ‑y parece más probable en diputados‑ las cifras no serán muy diferentes. Lo que sí, en el caso del oficialismo provincial, la cosecha de votos permitirá hacer un diagnóstico acerca de la necesidad de algunos cambios ‑como los que ya se evidenciaron de una campaña a otra en un par de meses‑ si la idea es no seguir cediendo terreno, en votos sobre todo, teniendo en cuenta las elecciones de la ultima década.

La renovación de bancas y la composición de los parlamentos, en si mismo revisten importancia. En este caso, además, y sobre todo en Santa Fe permiten abrir una ventana hacia el futuro, que como titulaba un ilustrativo libro de charlas entre Felipe González, mandatario español, y Juan Luis Cebrián, fundador del diario El País de Madrid, "el futuro no es lo que era".