El Gobierno sigue mirando hacia un costado ante la provocación que produjo en términos diplomáticos la visita del ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, a las Islas Malvinas. El ex primer ministro británico no sólo desembarcó en las islas ante la pasiva mirada de las autoridades de la Cancillería argentina y del propio presidente Javier Milei, sino que además se tomó el atrevimiento de declarar que espera que el territorio en disputa continúe bajo su dominio "por mucho tiempo, posiblemente para siempre". La respuesta de la canciller Diana Mondino a esas declaraciones cuanto menos hostiles llegó con un retraso de 24 horas y se limitó apenas a un posteo en Twitter, con el que pretendió ser sarcástica. “Valoramos el gesto del Canciller de UK de incluir a la Argentina en su vista a la región. Estaremos felices de recibirlo, en una próxima ocasión, también en Buenos Aires”, escribió. La ausencia de una protesta oficial a través de canales formales fomentó los cuestionamientos sobre la manera en que la administración libertaria está manejando el asunto. “Se trata de una violación muy grave del derecho internacional, por eso es preocupante la pasividad de la canciller”, le dijo a Página/12 el exsecretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Guillermo Carmona.

El sarcasmo de Mondino fue la única respuesta oficial del Gobierno ante la visita y los dichos de Cameron. Según afirmaron fuentes de Cancillería a este diario, eso seguirá siendo así. No habrá comunicado de repudio ni tampoco una carta a las autoridades de la embajada británica en el país exhortando a retomar las negociaciones sobre la soberanía, como se suele hacer ante este tipo de provocaciones. Argentina ya lo hizo con las visitas imprevistas de la princesa británica Ana de Edimburgo (hermana del actual rey Carlos III) en 2022 y del subsecretario de Estado Parlamentario y Ministro para las Américas, David Rutley, en noviembre de 2023, por citar dos casos recientes.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, se encogió de hombros. “Es un tema de agenda de David Cameron, nosotros no tenemos por qué opinar de la agenda de otros países”, se atajó. Esa actitud displicente del Gobierno respecto de Malvinas ya se había hecho notar desde el primer día de la gestión libertaria, cuando Rutley participó como enviado del gobierno británico de la asunción de Milei el 10 de diciembre pasado, luego de su visita intempestiva a las islas y el rechazo de la gestión saliente. Varias fuentes coinciden en que Milei y el funcionario inglés mantuvieron un breve encuentro privado luego de la asamblea legislativa. El presidente argentino volvió a tocar el tema del territorio nacional en su primer encuentro con Cameron --del que participó Mondino-- durante el Foro Económico de Davos, hace un mes. Está visto que no tuvo eco en su planteo, si es que lo hubo. 

Carmona insistió con la necesidad de un reclamo diplomático. "Lo que está sucediendo es inédito. Nunca la argentina dejó de protestar ante este tipo de provocaciones, por eso es inadmisible que la única respuesta sea un tweet con una supuesta ironía. Pasaron más de dos días desde que Cameron pisó las islas y no hubo una queja oficial, que no es sólo una cuestión formal, se trata de instrumentos de derecho internacional que el país puede y debe usar para hacer valer su reclamo. La actitud de Cancillería puede implicar la lectura de que se está convalidando el avasallamiento. Es sospechoso", denunció. 

El repudio al silencio oficial

Ante la pasividad oficial, el primero en reaccionar fue el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, declaró persona no grata al funcionario británico. La presencia de Cameron en Malvinas "configura una nueva provocación británica que busca menoscabar nuestros legítimos derechos soberanos sobre nuestros territorios y sostener el colonialismo en pleno S. XXI. No lo vamos a permitir", dijo. 

Varios mandatarios provinciales del peronismo se sumaron este martes al repudio al repudio de Melella. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, consideró la visita como "un acto de profunda provocación a la memoria de nuestros héroes que entregaron su vida" durante la guerra de 1982. "Seguimos reclamando de manera pacífica nuestros legítimos derechos soberanos sobre el territorio de las Islas del Atlántico sur. Es una cuestión de soberanía pero también de identidad para nuestro pueblo. No hay ninguna duda desde el punto de vista del derecho y de la historia que las Malvinas son y serán siempre argentinas", dijo. 

"Consentir esta acción, que agrede nuestra soberanía nacional, sería claudicar en nuestro justo reclamo" dijo por su parte, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. En la misma línea se pronunciaron sus pares de La Rioja, Ricardo Quintela, de La Pampa, Sergio Ziliotto, de Formosa, Gildo Insfrán, y de Río Negro, Alberto Weretilneck, entre otros. También hicieron lo propio varios intendentes peronistas de todo el país. 

El interbloque de senadores del Frente de Todos repudió, a través de un comunicado de prensa, la presencia de Cameron en Malvinas y rechazaron "cualquier intento de discutir la soberanía" de las islas "de espaldas al pueblo argentino". "La causa Malvinas es un tema de relevancia para todos los argentinos y debe ser una política de Estado, como lo consagra la Constitución Nacional", remarcaron.

En tanto, el excanciller y actual diputado nacional Santiago Cafiero expresó -también en su cuenta de Twitter- su "más categórico rechazo" a la visita de Cameron y coincidió en que se trata de una "nueva e inadmisible provocación", que "no sucedía hace 30 años" por lo que "debe ser rechazada por el gobierno nacional".

Más tarde se sumó la CGT. "El Gobierno nacional se mantuvo en el marco de un silencio vergonzoso y complaciente", disparó en un comunicado la central obrera. "Malvinas constituye una cuestión de soberanía nacional y representa un símbolo de genuina identidad para nuestro pueblo; por tanto consideramos al viaje y la visita de Cameron como una provocación institucional y una falta de respeto a la memoria de los soldados argentinos caídos en defensa de nuestros legítimos derechos sobre esos territorios", sostuvieron. 

"La entrega de la soberanía avanza", dijeron por su parte desde el Centro de Ex Combatientes de La Plata, que cuestionó el "estruendoso silencio de la Cancillería ante semejante provocación".