En el cierre de su columna sobre el Superclásico en el suplemento Líbero, Juan José Panno apuntó que River y Boca jugaron el domingo en realidad sólo cuarenta y uno de los noventa minutos reglamentarios y postuló un cambio para que alguna vez se puedan completar al menos 30 minutos netos por tiempo. Los datos que entregó la empresa Opta Stats Perform, encargada de la provisión de big data y estadísticas de la Liga Profesional, ratificaron y precisaron la cuenta de Panno: River y Boca ni siquiera pudieron completar un tiempo de juego efectivo, disputaron apenas 40 minutos y 59 segundos netos. El resto se diluyó en interrupciones que el árbitro Yael Falcón Pérez no tuvo en cuenta a la hora de adicionar minutos en cada uno de los períodos.

El único partido del fin de semana que superó los cincuenta minutos reales y se aproximó a los sesenta que FIFA postula como el ideal, fue Unión e Independiente Rivadavia de Mendoza con 56 minutos y 36 segundos. Después, ninguno de los clásicos de la fecha superó los cincuenta minutos efectivos. Newell's y Rosario Central, incluso, jugaron menos que River y Boca: apenas 40 minutos y 41 segundos de los 104 que duró el partido. A la hora de recuperar algo de ese tiempo malgastado, el árbitro Hernán Mastrángelo tambien estuvo mezquino. Como si quisiera sacarse rapidamente el compromiso de encima.

Los datos suministrados por el periodista Matías Conde, operador de la empresa Opta, corroboran lo que el suplemento Libero publicó hace dos semanas: en comparación con las cinco ligas más importantes de Europa y otras cinco de Latinoamerica, los partidos del campeonato argentino son los de menor tiempo neto de juego. Según los números de Opta, el promedio de juego real en nuestras canchas (50 minutos y 28 segundos) se sitúa por debajo de ligas sudamericanas más modestas como las de Chile, Ecuador, Colombia y Venezuela que oscilan entre los 52 y 55 minutos. Y sólo supera a Bolivia y Perú que se sitúan por debajo de los 49 minutos reales.

En Europa, la poderosa Premier League inglesa y la mucho menos opulenta Eredivisie de los Países Bajos ya han superado los 58 minutos y van rumbo a los sesenta ideales. La Ligue 1 francesa y la Bundesliga alemana llegan a los 57, en tanto que la Serie A italiana y la Liga española ya andan en los 55 minutos. Puede parecer exagerado calificar de fraude que en los partidos mas importantes del fútbol argentino se jueguen 17 minutos menos que el promedio mundial. Pero no está demasiado alejado de la realidad. 

En la medida que los árbitros continúen aplicando descuentos protocolares de cuatro o cinco minutos y no le sumen a los partidos los minutos que deliberadamente van quedando en el camino, como se hizo en el Mundial de Qatar o se hace en Europa o Brasil, el fútbol argentino seguirá perdiendo el tiempo. En un ambiente suspicaz, mañoso y ventajero como pocos y en el que campea un atroz miedo a perder, el mayor espectáculo del fútbol parece radicar en una paradoja: que al fútbol se juegue lo menos posible.