MEDIOS
Silencio de radio
La violencia mediática ocurre delante de cámaras y micrófonos y refiere al ninguneo, la cosificación y el lugar que tienen las mujeres en los medios de comunicación. Pero además de lo que pasa “en el aire” hay otras violencias, que se manifiestan en la falta de voces femeninas, la invisivilización de lesbianas, trans y travestis o su utilización para burlas y estigmatizaciones varias mientras las mujeres siguen en un lugar decorativo o bullicioso. En la televisión es notorio, en los diarios es llamativo y en la radio es escandaloso: la presencia de mujeres al frente de contenidos con perspectiva de género es muy limitada. La semana pasada, el director de radio Nacional Córdoba censuró a una periodista en vivo y Ari Paluch acosó sexualmente a una sonidista y otras trabajadoras que compartieron espacio con él se animaron a contar sus pésimas experiencias: qué pasa cuando decimos basta y reclamamos el lugar que nos corresponde en un mapa de medios que nos excluye o nos reserva lugares secundarios, alejados de lo que demuestra la práctica de reunirnos cada año en los Encuentros Nacionales de Mujeres o en las movilizaciones de Ni Una Menos. Las fichas parecen reacomodarse cuando los cuerpos y palabras ponen límites al avasallamiento patriarcal.



















