La estoy llamando como ser humano. –¿Usted me garantiza que esta noche    no corre riesgo la vida de Milagro?

–No.

La comunicación telefónica desesperada de Elizabeth Gómez Alcorta, una de las abogadas de Milagro Sala, a la titular de la Dirección Médica del Servicio Penitenciario de Jujuy ocurrió la noche del sábado 14, luego de ser trasladada al penal de mujeres de Alto Comedero y cinco días antes que Milagro intentara suicidarse cortándose el antebrazo con un vidrio, por el rechazo del juez Isidoro Cruz al habeas corpus interpuesto por su defensa y la negativa a autorizar su internación en una clínica. El miércoles 18, otra de las compañeras detenidas, la dirigente Mirta Guerrero, intentó ahorcarse con un toallón por la falta de respuesta a los hostigamientos sufridos durante uno de sus traslados. 

–Pero vamos a comenzar un tratamiento terapéutico. 

–Eso es a mediano plazo y yo le estoy preguntando hoy. Vuelvo a preguntarle, ¿usted me asegura que hoy a la noche no corre riesgo su vida? 

–No, eso no se lo puedo asegurar.

El nuevo traslado al penal de Alto Comedero, donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió en una resolución histórica el riesgo de vida que corre Sala, obliga a muchas lecturas. Una de las más groseras es su concreción en tiempo real el sábado 14 de octubre, paralela al inicio del 32° Encuentro Nacional de Mujeres, cuando miles de participantes comenzaban a abrazar debates por mayor autonomía, equidad y condiciones justas de vida para mujeres, lesbianas, trans y travestis. Milagro fue recortada con brutalidad de ese magma, en una medida ilegal y compulsiva ejecutada por una decena de policías en su prisión domiciliaria, presa de un traslado descalza y en piyamas, donde recibió golpes en el cuerpo, como exhibió a funcionarios del juzgado de Cruz, y reclamó la falta de atención y de medicación correspondiente. A la fecha se siguen ignorando los informes del Departamento Médico del Poder Judicial que sugieren contacto con la familia las 24 horas y dan fe del cuadro de depresión y de ideación suicida. En la conferencia de prensa del sábado 14 en la sede del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), Gómez Alcorta fue contundente: “A Milagro la quieren muerta”.

 “No podemos hablar si no entendemos que una de las razones por las que Milagro está presa es por ser mujer y una lideresa muy potente, pero es una lideresa coya, negra, pobre, desafiante de los cánones que se esperan de la femineidad. Es una mujer rebelde,  subversiva en el sentido que subvierte los órdenes y lidera una organización donde centralmente sus dirigentes son mujeres y constructoras en términos literales. Hoy en Jujuy hay ocho presos tupaqueros, de los cuales cinco son mujeres y las condiciones de crueldad sobre los cuerpos de esas mujeres se han recrudecido.” 

¿Cuál es el objetivo del ensañamiento sobre Milagro y las otras presas de la Tupac? 

–En principio creo que el que se ensaña es el poder político. No le doy ni un solo gramo de autonomía al Poder Judicial porque hay un claro disciplinamiento político en tanto Milagro es una de las opositoras no solo en términos de movimiento social sino porque la Tupac Amaru llegó a construir una tercera fuerza política, el Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular (FUYO). Históricamente en Jujuy el peronismo y el radicalismo tuvieron una alternancia simbiótica en el poder. Hasta la irrupción del FUYO. Y desde ya, se trata de un disciplinamiento en términos de género para que a ninguna mujer de esa organización le quede duda que su lugar no es la calle ni liderar una organización social o política, en una provincia de estructura patriarcal  donde los rasgos conservadores son claros. 

Y donde el Poder Judicial está atravesado especialmente por un sentido conservador.

–De los tres poderes del Estado es el más conservador, el más antipopular y misógino, donde anida el patriarcado en modo obsceno. Hay una frase para mí clave de Gerardo Morales en ese sentido, cuando el 31 de agosto del año pasado el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria emitió una resolución en la que argumenta que Milagro debe estar en libertad. Morales dice “a esa mujer no la voy a dejar en libertad”. 

La estigmatización que se hace de la figura de estas mujeres disidentes desnuda un grado de perversidad que va más allá de disciplinamientos.

–De todos modos es imposible hacer una lectura descontextualizada de la persecución de Milagro. Pensemos que las persecuciones más importantes político judiciales en la Argentina de hoy son contra Cristina Fernández de Kirchner y Alejandra Gils Carbó. No es casual que desde el 10 de diciembre de 2015 las perseguidas sean tres mujeres. Es cierto que como feminista analizo todo en esa clave,  pero la necesidad de tenerla presa a Milagro fue clara e inicial a 35 días del cambio de gobierno en Jujuy, por una cuestión de gobernabilidad. El propio Ernesto Sanz dijo públicamente “con Milagro ahí no se iba a poder gobernar”.  

Y en el encierro se encontraron con una mujer indómita. 

–Creo que por ese rasgo característico de Milagro la quieren silenciada, arrodillada y quebrada, pero ella siempre encontró hendijas mínimas para poder hablar. Aun en esos traslados espectaculares y televisados como si fuera una gran criminal, gritaba su solidaridad por las luchas de diferentes sectores populares. Esos traslados se entienden en la lógica persecutoria porque la criminaliza y  coloca en el lugar de mujer peligrosa. 

Son impresionantes las intervenciones que se hicieron en su cuerpo y en su entorno cuando se le otorgó la prisión domiciliaria. 

-Tobilleras, controles perimetrales, cámaras las 24 horas de 360 grados y la instalación de un destacamento de Gendarmería. Es la construcción de la enemiga. En el penal le indicaban con quién podía hablar y con quien no en algunas de las cuatro llamadas diarias permitidas a las internas. Le prohibieron hablar con la prensa, tenía una agente penitenciaria sobre su nuca todo el día, cada jornada. Pero en los traslados “La Flaca”, esposada, gritaba “¡aguanten los maestros!” y nos demostraba a todos que sigue dando batalla. En la escalada de hostigamiento, además de los dispositivos extremos de control de la prisión domiciliaria, el juez Pablo Pullén Llermanos le ordenó salir al balcón y saludar a la Gendarmería, para chequear que ella estaba en el lugar. Milagro lo hizo, pero su saludo fue “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. Todos los días les recordaba a los gendarmes que eran una fuerza desaparecedora de personas. Y eso no se lo perdonaron.

El desprecio judicial por los informes médicos sobre su cuadro la empujan a complicaciones físicas y psíquicas aún más graves. 

–Ella vive como un duelo su detención ilegal. Ignoran su condición de madre y abuela. Todo el tiempo alega que el hecho de que su nieto la vea presa tiene una implicancia tremenda en su subjetividad. Lo peor es su fantasía de que si muere se termina el calvario para sus compañeras, y se los ha dicho a los jueces. “Yo me mato pero dejen en libertad a mis compañeras”. La ideación suicida surge de informes psiquiátricos del Poder Judicial y del Servicio Penitenciario de Jujuy. Milagro permaneció 29 días en un domicilio que no es su casa y fue saqueado, sin puertas ni ventanas, sin servicios de luz, agua ni gas. Son parte de los permanentes hechos de hostigamientos judiciales. El sábado 14, ya en el penal, las penitenciarias la despertaban a cada hora durante la madrugada, como actos de microhostigamiento que a lo largo de 650 días es una locura imposible de resistir. 

¿El castigo permanente es un proyecto de autoritarismo disciplinante de la sociedad?

–Y del espectáculo público del castigo, de quemar a Milagro en la hoguera. En este suplemento dije que es la bruja del siglo veintiuno, porque esos castigos cotidianos y públicos son una especie de ofrenda del poder político a los sectores dominantes y a cierta clase media que se siente a salvo de tener las turbas de negros en las calles exigiendo sus derechos y cortando las rutas. Hay algo del “no importa a qué costo, pero nos sacaron a estos negros de encima”. 

Mirta Guerrero y Milagro se provocaron autolesiones en contra de sus convicciones más profundas. Cuando en febrero último Milagro se punteó el estómago pidió perdón desde su “profundo corazón coya”. Pero advirtió que los samuráis se mataban porque preferían matarse ellos a que los mataran sus enemigos.

–En febrero Milagro se autolesionó con unas tijeras en el abdomen en razón de unas notificaciones que recibió en el penal y no nos llegaron previamente a los abogados para poder pensar algún dispositivo de contención. El informe de una psicóloga del Servicio Penitenciario provincial certificó la autolesión; le hizo saber al juez que corría riesgo su vida y desaconsejaba el traslado a los tribunales, algo que igualmente se hizo. El intento de suicidio de Mirta Guerrero, el miércoles 18, desnudó todavía más la situación en la que se encuentran. “¿Qué necesitan, que me corte para que me atiendan? Díganle a Gerardo (Morales) que si quiere un muerto, acá lo va a tener” les gritó Mirta antes de intentar ahorcarse con un toallón. Por suerte fue salvada por otra interna. El martes a la noche Milagro tenía que declarar como testigo en ese juicio, pero estaba con una crisis de angustia muy grave. Dos psiquiatras de la Dirección Médica del Poder Judicial de Jujuy se presentaron en el penal y establecieron en un informe que Milagro no podía hacer contacto visual, estaba deprimida, con crisis de llanto y angustia incontenibles. Nosotros interpusimos un habeas corpus para resaltar esa situación a la espera de que el juez interviniente hiciera a lugar y la trasladara fuera del penal. Recién a las 21.40 del jueves notificaron el rechazo del habeas corpus. En un ataque de angustia, Milagro se cortó uno de sus brazos con un vidrio y pese a la gran pérdida de sangre no quiso ser trasladada al Hospital Pablo Soria. En la cárcel le dieron cuatro puntos externos y cinco internos. 

¿Cuáles son las acciones legales inmediatas?

–Tenemos dos recursos ante la Corte Suprema que desde abril están listos para resolver con dictamen favorable de la Procuración, exigiendo la libertad de Milagro e hicimos otra presentación en esos recursos el martes 17 después de revocada la prisión domiciliaria. Por otra parte la medida cautelar de la Comisión Interamericana es algo extraordinario porque en cincuenta años de existencia del organismo no se ha dictado una resolución ordenando a un Estado que cambie el lugar de detención. La CIDH entendió que en el hostigamiento que pone en riesgo la vida de Milagro interviene un entramado de acciones del poder con varios ejecutores. Pero los marcos legales e institucionales no se respetan y es muy difícil poder avanzar. ¿Cómo se sigue? Resistiendo, sobre todo las mujeres desde su encierro, que son las que sufren en sus cuerpos el hostigamiento, la persecución y una perversidad corrida de los límites de lo humano.

Llegamos a fin de año con episodios de profundo retroceso en materia de derechos en general y en las políticas de memoria, verdad y justicia.

–Y se observa un franco retroceso en derechos específicos acompañado de un incremento de los niveles represivos que llegan a escalas inauditas y tienen un direccionamiento claro hacia trabajadores, militantes y dirigentes de la oposición. Cuando se habilita autonomía a las fuerzas de seguridad, ningún poder político tiene capacidad de direccionar ciento por ciento hacia dónde van dirigidos esos niveles represivos. Si habilito poder represivo para detener a dos mujeres que se besan o para flagrancia en cualquier caso de corte de ruta y que después entren a una comunidad y haya un muerto, el nivel de autonomía en fuerzas de seguridad que tienen una voracidad represiva es un desmadre. 

Alarma el entusiasmo de un sector de la población sobre las acciones represivas.

–Creo que durante mucho tiempo muchxs supusimos que había pisos de consenso sobre el resguardo de los derechos, sobre los límites de las fuerzas represivas y del poder político. También es cierto que en toda sociedad posgenocida como la nuestra quedan nichos residuales fascistas que en momentos como el actual, cuando el discurso negacionista oficial respecto de los crímenes  de lesa humanidad relativiza los hechos más oscuros, ven habilitados otros discursos que para nosotrxs estaban obturados. Que una periodista pueda decir “es una lástima que Santiago Maldonado haya muerto pero estaba cortando una ruta y es un delito federal”, algo que parece indecible, sin embargo lo dice y genera consensos. Quizá tengamos que aprender que algunas luchas son de más largo aliento.

¿Cuánto de las crueldades y los hostigamientos que sufren las presas de Tupac Amaru nos resitúa en aspectos del terrorismo de Estado?

–Hay algunas prácticas represivas puntuales del terrorismo de Estado que vi en Jujuy en relación a la Tupac, sobre todo en los primeros seis meses de la detención de Milagro, como una clara finalidad de desarticular y desarmar la organización territorial, con megaoperativos que se efectuaron sobre todo en “El Cantri”, en el barrio Alto Comedero. El 29 de abril de 2016 a la tarde, grupos especiales de la policía asaltaron las casas por los techos, rompieron puertas, aterrorizaron a las familias. A las vecinas y vecinos del barrio de la Tupac no les quedó duda de que a partir de algún vínculo con la organización podía sucederles cualquier cosa. Otra práctica prototípica de terrorismo de Estado que observé es la búsqueda de la delación. A todas las personas que fueron detenidas en las causas junto con Milagro se las presionó, se les hizo propuestas y en algunos casos como el de Alberto Cardozo se las torturó para que declararan en contra. Y la idea de que si declarás en contra vas a quedar en libertad y si no quedás preso funcionó. 

¿Los machos del poder jujeño nunca se bancaron el goce colectivo y popular que supieron construir las mujeres de la Tupac?

–Te contesto tomando el concepto de un capítulo que escribió María Pía López en Presa. La Tupac Amaru es una organización que tenía un rasgo muy particular en su estructura masiva y poderosa. Pero también había algo muy importante en relación al goce del cuerpo y de lo festivo que tiene que ver con los cruces entre una cultura andina y una organización barrial. La primera marcha por el orgullo gay en Jujuy la organiza la Tupac. Se dan reivindicaciones potentes de subjetividad colectiva e individual en el orgullo de ser coya, de ser negro, ser gay, del goce de los cuerpos que señala María Pía. La idea de esas mujeres que durante siglos quedaron relegadas al hogar, al cuidado de los niños y sin  independencia económica se convierte en eje fundamental de las primeras construcciones de la organización. La Tupac y Milagro representan ese autorreconocimiento que dignifica.

¿Lo que se busca con el hostigamiento y las agresiones físicas de las presas tupaqueras de Alto Comedero es volver a ponerlas en un lugar del que nunca deberían haber salido?

–El sistema trata de volver a colocar las cosas en su lugar. Y el lugar de la mujer negra coya es su casa; si le habla el patrón debe agachar la cabeza y mirar para abajo, y si desobedece irá a la cárcel y será mortificada todo el tiempo que sea necesario hasta que cale esta huella cruenta. En el transcurso de ese disciplinamiento se va destruyendo todo lo que la Tupac ha logrado: no se puede dejar ni una sola fábrica ni un solo proyecto educativo funcionando. Nada que haga recordar que alguna vez todo eso existió. Y para mí tiene que ver con el lugar de mujer, por eso no puedo empezar a hablar de Milagro sin mencionar que es mujer. En un momento como el que estamos viviendo es muy claro que el disciplinamiento está direccionado sobre su cuerpo, sobre su goce y sobre su decisión de cómo elegir ser mujer de una manera que es imperdonable.