Life, con Anthony Hopkins: una de las películas más conmovedoras que he visto. Es la historia de Nicholas Winton, un personaje extraordinario que, en 1938, en plena guerra, fue a visitar Praga y quedó profundamente impactado por la situación de las personas que vivían bajo la fuerte influencia de la Alemania nazi.

Junto a un grupo de personas, Nicolás se dedicó a ayudar, especialmente a niños, a escapar antes de que Alemania invadiera Checoslovaquia y cerrara las fronteras, lo que condenaría a todos aquellos que no pudieron escapar, a ser llevados a Auschwitz de donde no escaparían.

Logran rescatar a 699 niños. Pero sufre por aquellos a los que no pudo llegar, entre ellos 250 niños en el último tren, a quienes los alemanes, al invadir Checoslovaquia, impidieron que se salvaran, algo que afecta profundamente a Nicholas.

Es una película muy conmovedora por todo lo que pasan cuando separan a los niños de las familias condenadas, porque encuentran familias que los adoptan, una de las condiciones para que los niños se salven.

Cuando salimos del cine, muy conmovidos por todo, recordamos que aquí, hoy, cada día, mueren decenas o centenares de niños con sus familias en Gaza, asesinados por los ataques despiadados de Israel. Todos los días, desde hace más de dos años, siempre así, sin límite.

Sin que haya uno o más Nicolás que puedan salvar al menos a algunos de estos niños palestinos. Podemos preguntarnos cómo convivió la humanidad con Auschwitz. Pero, sobre todo, cómo todos nosotros hoy, vivimos el asesinato de tantos niños con impunidad, ante nuestros ojos, ante los ojos de toda la humanidad.

¿Cuántos murieron hoy? ¿Cuántos morirán mañana? ¿Cómo se sienten estos niños todos los días? ¿Cómo pueden los israelíes vivir con el genocidio que promueven a diario? ¿Cómo pueden vivir con el asesinato de tantos niños, ayer hoy, mañana, el mes que viene, el año que viene?

Es terrible ver a esos niños masacrados en el cine. ¿Y cómo es vivir cada día con este genocidio, sabiendo que tantos niños murieron hoy y ya no vivirán mañana, desprotegidos por nosotros y por todos?