El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó la masiva movilización a Plaza de Mayo de este 24 de marzo y aseguró que fue "una de las plazas más lindas que vimos".

El editorial completo de Víctor Hugo Morales

Los tambores también hablaron ayer. Mi amiga y gran escritora Blanca Lema me mandó el video entusiasta y me dijo: había un silencio alrededor de los tambores. Solo brillaban ellos.

Yo pensaba que ojalá que el que vino de la CIA esté cama adentro en Casa Rosada y cuando se despertó empezara a ver esa plaza. Por lo menos para que sepan también que es lo que ocurre, y no que todo está referido a los intereses tan dominantes, tan colonialistas que tienen.

Fue una de las plazas más lindas que vimos. Plaza de sol, de paz, de convicción, de abrazo. Plaza de la lucidez y de la lucha. Plaza de Mayo abigarrada, colorida, rotunda, además. Imponiendo esa historia de advertencias al poder. Porque es una plaza que está informada con gente que está enterada de lo que pasa.

La gente que estaba cerca de nuestro camión, como decíamos recién, cuando opinaba, lo hacía como para que uno se sintiera orgulloso del pueblo.

Es la ventaja que se tiene cuando se puede hablar y razonar. No hay odio. Hay confianza en estar del lado bueno de la historia. Otros tiene que gritar, insultar, patalear, sencillamente, porque nunca tienen un discurso en el que puedan creer.

Estos, las y los caminantes de la plaza de ayer tienen la madera de la formación política, del interés por saber lo que pasa.

Los indiferentes no anduvieron ni cerca. Ni los cómplices del poder económico. Había madres, abuelas, hijos, hijas, y había ese amor que tiene la canción de ser también un amor político. Que tiene besos, abrazos, pero también ganas de cambiar el mundo.

La plaza ayer, hoy, en el micro, el tren, en el trabajo, y hasta en los que se duermen tarde por el cansancio de tanto andar, ya es parte esa plaza de los mejores recuerdos de los que allí estuvieron. Ya eso no se los quita nadie.