“Es un ataque a un modo de ser iglesia”, señaló el párroco, Sergio Raffaelli, integrante del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, respecto al incendio y destrozos causados a la parroquia San Isidro Labrador, en la localidad santiagueña de Forres, hace un par de días.  

“No es un ataque a uno como persona o como cura sino a un modo de ser iglesia en opción por los pobres y sus reclamos de justicia, en nuestra zona junto a las comunidades campesinas de los departamentos de Robles y San Martín”, dijo Raffaelli.

El sacerdote señaló que peritos policiales, que acudieron al lugar para inspeccionar los daños, le informaron que por los hechos investigados fueron detenidos dos menores de edad, en el marco de la causa en la que interviene la fiscal Pilar Gallo, de la justicia provincial.

“No robaron nada, sólo provocaron graves daños. No es una travesura de chicos”, sostuvo Raffaelli sobre los autores del ataque de la madrugada del domingo último a la parroquia que, desde hace años, acompaña reclamos de comunidades campesinas como las de Puestito y Tío Pozo, en conflictos de tierra con empresarios.

Los atacantes causaron el incendio total de la sacristía y del material que se guardaba en su interior, incluidos equipos de sonido y elementos que se utilizan en celebraciones, un daño que ya se había consumado cuando llegaron al lugar vecinos y luego bomberos.En la secretaría parroquial, además de desparramar papeles y libros, derramaron en una computadora el contenido de un envase de suero de uso medicinal.

“Cuando uno defiende a los campesinos, a los poderosos les cae mal”, hab{ia asegurado sobre este hecho el sacerdote Eduardo de la Serna, coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, luego de que se difundiera la noticia del ataque. Esa iglesia está identificada con los reclamos campesinos, en especial del Mocase, que mantienen una disputa por tierras con empresarios poderosos de la zona, como el dueño de la gaseosa Manaos, Choque Crespin.