‑¿Qué tenés en los bolsillos?‑ lo interrogó, de mala manera, la boletera del complejo de cines ubicado en zona norte a un niño de diez años que hacía la cola junto a un grupo de amigos para ingresar a ver una película. Lo obligó a vaciar sus bolsillos, donde tenía billetera, celular y pañuelo, pero cuando le encontró un chocolate, celosamente guardado en uno de sus bolsillos traseros, comprado fuera del shopping, no solo se lo sacó sino que le advirtió: "A mí no me gustan los chicos mentirosos". A la salida de la función, la empleada se lo devolvió con signos visibles de maldad: estaba aplastado. Su padre, después de reclamar en vano a la empresa que identificara a la boletera y/o dejara sentado el reclamo, demandó al cine ante la Justicia Civil y Comercial. La carátula del expediente es por maltrato, figura contemplada en la Ley de Defensa del Consumidor.