La explosión de una caldera del Hotel Intercontinental, en pleno centro porteño, dejó ocho personas heridas, tres de las cuales fueron trasladadas a centros médicos para ser atendidas. Bomberos, policías y ambulancias del SAME desplegaron un gran operativo en la zona para ayudar a los huéspedes y a los empleados que fueron evacuados del hotel por prevención.

Alrededor de las once, el estallido de la caldera del subsuelo del edificio, donde funciona la lavandería, sorprendió a empleados y turistas alojados en el hotel cinco estrellas de Moreno al 800,  San Telmo.

Siete de los heridos son empleados del Intercontinental, y que la octava víctima fue una mujer que caminaba por Piedras, entre Moreno y Alsina. La mujer resultó golpeada por una reja de ventilación lateral del edificio que, por la explosión, había sido expulsada de su marco.

Alberto Crescenti, director del SAME, informó en la puerta del hotel que “cinco de los heridos fueron atendidos en el lugar con politraumatismos varios y los otros tres debieron ser trasladados a los hospitales Argerich, Ramos Mejía y Rivadavia”. Además, explicó que la mujer que caminaba cerca del hotel recibió un golpe en la cabeza y es la que presenta las heridas más graves, “con un traumatismo en el cráneo”.

Hasta el lugar llegaron 14 ambulancias, la unidad de catástrofe, bomberos y policía de la Ciudad que acordonaron la zona, cortaron la luz, el gas y el tránsito en los alrededores. Los huéspedes y el personal fueron evacuados por escalera.

Metrogas, que envió una cuadrilla para inspeccionar el lugar, sostuvo que “una falla en la instalación interna de la caldera provocó la explosión”. 

Uno de los turista evacuados, que estaba alojado en el piso 15 del hotel, contó a los medios que desde su habitación oyó la explosión. Una mujer sostuvo que “volaron puertas y rejas” y que había personas muy shockeadas.

Otros testigos, que permanecieron en la explanada de entrada al hotel, contaron que el ruido de la explosión “fue muy fuerte”, “que los vidrios vibraron hasta en los comercios vecinos” y que el estallido salió de “las entrañas del hotel”.

A medida que pasaba el tiempo, algunos huéspedes del hotel comenzaron a preocuparse ante la inminencia de sus vuelos, ya que nos les permitían ingresar al edificio para retirar sus valijas hasta que las autoridades terminaran de evaluar los riesgos.