En Tucumán, comenzó la cuenta regresiva en el juicio por asociación ilícita y lavado de activos contra el Clan Ale. El primero de los alegatos, a cargo de la Unidad de Información Financiera (UIF), llevó toda la audiencia del miércoles y terminará hoy, para dar paso al otro organismo querellante, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Recién después será el turno de la fiscalía, a cargo de Pablo Camuña, tras lo cual comenzarán a alegar los defensores de los 16 imputados, entre quienes se encuentran Rubén “la Chancha” (foto) y Ángel “el Mono” Ale, sindicados como cabecillas de la banda. El veredicto, según anunciaron los jueces Alicia Noli, Gabriel Eduardo Casas y Domingo José Batule, se dará a conocer el 13 de diciembre.

El miércoles, entre las 10 de la mañana y las 8 de la noche, con algunos intermedios, la querella de la UIF comenzó a plantear un mapa de la acusación por asociación ilícita a partir de elementos del expediente (documentos hallados en allanamientos, declaraciones de imputados, de testigos-víctimas, de testigos protegidos) y de otras causas tramitadas en Tucumán, que dan cuenta de una red de relaciones tan aceitada que explica la larga persistencia de la asociación ilícita. 

Durante el alegato, los abogados de la UIF Martín Olari y Gabriel Merota repasaron documentos del expediente que acreditan vínculos entre imputados y también entre ellos e involucrados en otras investigaciones. Mencionaron, por ejemplo, la carpeta hallada en un allanamiento a la remisería 5 Estrellas, de la Chancha Ale, en la que papeles de la firma y de la defensa de Natalia Milhein (condenada en el juicio por Marita Verón y también en otro por los delitos de trata y explotación cometidos contra la joven F.M., testigo-víctima del caso Verón) acreditaron que el abogado de Ale era quien llevaba adelante esas tramitaciones. 

El recorrido trazado por el alegato de la UIF recordó, también, las sucesivas vinculaciones con el clan Ale de integrantes de la policía como “el Coquero Díaz” (largamente mencionado, también, en el juicio por Verón, sospechado de haber plantado pistas falsas para desviar la investigación) y “el comisario Lisandro” de la Brigada de investigaciones. De acuerdo con un peritaje realizado para este juicio, Díaz usaba un teléfono celular que había sido registrado a nombre de Valeria Bestán, una ex mujer de la Chancha Ale. Díaz, por su parte, fue mencionado reiteradamente en una serie de cartas furibundas escritas por Rivero y secuestradas en un allanamiento. 

Los abogados recordaron, también, que el actual presidente de Concejo Deliberante de la capital tucumana, Armando Cortalezzi, fue mencionado por una testigo de identidad reservada:  de acuerdo con la mujer, el funcionario estaba vinculado con la Chancha Ale, y con él intentó captarla para ejercer la prostitución en “fiestas vip”.