Mercados, analistas económicos y gobiernos de todo el mundo mostraron gran impacto y preocupación luego del anuncio que realizó Donald Trump respecto de la implementación de fuertes aranceles a las compras norteamericanas de bienes del exterior.
Centralmente, se estableció una tarifa universal del 10% para las importaciones de todos los países, la cual ya está rigiendo, mientras que desde el 9 de abril se impondrá una alícuota individualizada más elevada a los países que le ocasionan el mayor déficit comercial a Estados Unidos. Estos porcentajes llegan al 34% para China, al 20% para la Unión Europea, 46% para Vietnam y 32% para Taiwán, entre otros. También entraron en vigor los aranceles del 25% sobre vehículos y partes de la industria automotriz, además de los que desde mediados de marzo pesan sobre el acero y el aluminio.
México y Canadá no figuran entre los alcanzados por estas medidas, mientras se mantenga el acuerdo por el fentanilo y la migración, y se sostiene el 0% de alícuota para los bienes que están contemplados en el acuerdo T-MEC, que reemplazó al NAFTA.
Resulta pronto para analizar las consecuencias de la medida, sobre todo si los demás países reaccionan de manera similar y se produce una escalada que sin dudas llevará a un menor crecimiento y una mayor inflación a nivel mundial.
China decidió incrementar sus aranceles a EE.UU. en un 34%, como espejo a los impuestos implementados por la administración norteamericana. Si bien el gobierno chino indicó que el objetivo era renegociar los términos arancelarios, los mercados financieros fueron gravemente afectados, con el S&P 500 cayendo en Estados Unidos cerca de un 5% tanto el jueves como el viernes. En Argentina, el viernes el Merval cayó un 7% y con muy poco volumen, mientras que el riesgo país llegó a cerca de los 950 puntos.
Reconfiguración
Lo cierto es que estamos frente a una reconfiguración del comercio internacional global. En el corto plazo los impactos difícilmente puedan ser evitados, ya que los países no podrán redirigir rápidamente su comercio exterior.
El gobierno argentino consideró como un logro formar parte del grupo de países con los aranceles más bajos (10%), un supuesto beneficio del alineamiento incondicional. No obstante, Brasil tendrá el mismo gravamen, con un Presidente como Lula. El 10% también se aplica a la casi totalidad de los países de Sudamérica.
En materia de comercio exterior, en 2024 las exportaciones argentinas a Estados Unidos alcanzaron los 6.454 millones de dólares (el 8,1% de nuestras exportaciones). Las ventas estuvieron bastante concentradas en el sector extractivo (petróleo crudo y metales preciosos), con un 43% del total.
La aspiración del gobierno pasa por conseguir un acuerdo con Estados Unidos de arancel mutuo cero, lo que podría beneficiar a algunos rubros exportadores concentrados, pero dañará aún más a nuestra producción y a nuestras PyMEs, tanto del sector primario como del manufacturero.
No hay que perder de vista, en materia financiera, que ante una mayor inflación en Estados Unidos y en el mundo, los distintos bancos centrales terminarían adoptando una postura más dura en términos monetarios, aumentando sus tasas de interés.
De hecho, luego de que Trump escribiera en sus redes sociales que “este sería el momento perfecto para que el presidente de la Fed, Jerome Powell, disminuya las tasas de interés”, el funcionario aludido comentó que “está quedando claro que los aumentos arancelarios serán significativamente mayores de lo previsto” y advirtió que “es probable que lo mismo ocurra con sus efectos económicos, que incluirán una mayor inflación y una desaceleración del crecimiento”, con lo cual difícilmente reduzcan las tasas de interés.
Mientras que Trump llama al 2 de abril como “Día de la Liberación” y avanza con medidas para equilibrar su balanza comercial, fortalecer su industria y su empleo, en nuestro país también se invoca el concepto de la libertad, pero se transita por la dirección contraria en materia comercial. ¿Será que para ambos presidentes la libertad radica en gestionar el Poder Ejecutivo a expensas de las instituciones republicanas, especialmente el Poder Legislativo, en base a normas basadas en situaciones excepcionales o de necesidad y urgencia que en definitiva sirven a otros fines?
Estamos frente a un nuevo contexto que supone una mayor amenaza y requiere la adopción de medidas que protejan la industria y el empleo local. Políticas que el gobierno argentino no parece querer aplicar, sino todo lo contrario.
*Diputado Nacional Unión por la Patria y Presidente Partido Solidario