El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cuestionó en su editorial por la 750 los acercamientos de posiciones entre el Gobierno de Javier Milei y el Fondo Monetario Internacional y aseguró que “el FMI está asegurándose la Argentina para el resto del siglo”. En este contexto, analizó los traspiés de la gestión de La Libertad Avanza y el sistema represivo que sigue como principal respuesta a los problemas sociales.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Viajeros de un micro que, en la pantalla del destino, tiene la palabra "esperanza", eso somos. Nos dicen ahora que esta semana estudiarán la situación de la moratoria y la discapacidad. Bien.

El escándalo de los triunfos parlamentarios de Milei quedó como una imagen de la televisión al detenerla. Un rostro desfigurado, algo borroso en la pantalla. El crimen de la criptomoneda condiciona a la banda descontrolada del gobierno.

Se habla de proyectos que quisieran extender la moratoria por diez años. Dios los oiga. Y después de 13 meses se menciona la palabra bono. Un paliativo para la derrota por goleada, algo así como el gol del honor cuando te ganan ocho a cero. Bono.

Un poco de música en la vida de los apaleados de los miércoles, que ahora mismo, al empezar el día, están eligiendo zapatitos más cómodos, ropa liviana y se acomodan los lentes con firmeza. No sea cosa que tengan alguna caída entre botas pateadoras. Se preparan como para una lucha.

El Fondo Monetario, al final, presta la plata. Pero les hace sudar la gota gorda a Caputo y Milei. La cifra es lo de menos, el asunto es cómo se la dan. De a puchitos, dicen. Y poco a poco.

Posiblemente no sirva a los insanos propósitos del gobierno: pisar el dólar y tener Caputo la plata que debe fugar con su clientela, eso que denunciaba Milei sujetando a Conan de la correa. Se lo quería comer entonces. Ahora espera que le tiren un hueso. A Caputo y a él.

El Fondo está escribiendo la letra chica, dicen los diarios, apuntan los que saben. Eso que te ponen del otro lado del papel y que es la única verdad. El FMI está asegurándose la Argentina para el resto del siglo.

Aquí los negocios se harán como ellos dicten, los salarios serán bajitos, y las jubilaciones un castigo. Quedamos atados a un árbol, como Aureliano Buendía, aguardan cien años de soledad y desamparo. Es un libro que ya habíamos leído. Todo lo que se vive, lo leímos en los 70, en los 90 y en el comienzo del siglo.

Pero es miércoles y algunos le quieren arrancar una página a lo que escriben los que mandan. Va la CGT a la marcha de los jubilados, mirá vos, se pusieron las pilas y hasta dijeron cosas lindas de escuchar.

Un relator diría: llevan la pelota los viejos, les sale al cruce la Bullrich, y mete una patada tremenda en el área del parlamento. Es penal por donde se lo mire. El juez la deja pasar, siga siga, levántese mujer, levántese.

Y un jubilado, como un hincha en la tribuna, abre los brazos y grita: "¡Pero la miércoles, che... ni una para nosotros!". Y así va.