En la lógica de Donald Trump, la construcción de un extranjero no deseado se profundiza. La retórica del presidente de Estados Unidos lo define con un viejo significante, pero le da un nuevo sentido y lo amplía a más personas. Utiliza un par de palabras como sinónimos: criminal y terrorista. Desde el 20 de febrero pasado, cuando el secretario de Estado, Marco Rubio, anunció que se definía a ocho cárteles de las drogas con base en