Para el delantero Everton Ribeiro, los hinchas de Flamengo –que buscará mañana su primer título internacional desde 1999– “harán la diferencia” en el Maracaná. “En casa, nuestra hinchada nos empuja y nos ayudará a revertir ese resultado para poder quedarnos con el título”, declaró quien lleva dos goles anotados en la Copa. El atacante también se refirió a su rival: “Intentarán asegurar el partido. No podemos caer en el ritmo de ellos”.

Tanto Ribeiro como sus compañeros fueron sometidos ayer a un control antidoping sorpresivo, que también se le realizará a los jugadores de Independiente, según anunció la Conmebol. Vale recordar que el equipo carioca no podrá contar con Paolo Guerrero, suspendido por FIFA durante un año por dar positivo en uno de estos controles. Al respecto, el capitán de la selección peruana consideró ayer en declaraciones a la televisión brasileña ser “víctima de una injusticia”, en referencia a la sanción originada por la presencia de un metabolito de cocaína revelado en un control que se realizó luego del partido entre Argentina y Perú por eliminatorias en octubre. “Tomé un té de anís en Perú y, en Argentina, tomé un té negro con limón y miel porque estaba con gripe. No culpo a nadie, pero la sustancia podía estar en una jarra o en una taza”, se defendió Guerrero. “Soy víctima de una injusticia. Si la propia FIFA descartó un posible consumo de drogas, ahora no pueden decir que soy culpable. Estoy indignado”, alegó el delantero de 33 años, que anunció que su intención es llegar a Rusia 2018.