El fenómeno de El Eternauta regresa con fuerza gracias a una de las producciones más esperadas de Netflix. Desde este 30 de abril, la reconocida serie ya está disponible a nivel internacional, captando la esencia de la obra original de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. Adaptada y dirigida por Bruno Stagnaro, fue desarrollada bajo la supervisión creativa de Martín M. Oesterheld, nieto del guionista, quien asegura que la profundidad emocional de la historia se mantiene en cada episodio
Innovación en el proceso de rodaje
El rodaje de El Eternauta, realizado en Buenos Aires, duró casi nueve meses y permitió al equipo aplicar técnicas avanzadas de producción virtual y efectos visuales. Escenarios emblemáticos de la ciudad fueron recreados con precisión mediante sets físicos y escenas digitales, desarrolladas en más de 50 locaciones y 25 ambientes virtuales. La serie innovó en cada etapa, integrando elementos reales y ficticios para construir un universo cohesivo y envolvente.
Este enfoque incluyó el uso de más de 410 toneladas de sal y eco-snow para simular la nieve tóxica, añadiendo contrastes únicos a los paisajes. Equipos de efectos especiales trabajaron jornadas completas para dar vida a las locaciones y luego restaurarlas después de cada grabación.
Adaptación a un formato contemporáneo
Uno de los mayores desafíos fue trasladar la tridimensionalidad del cómic al formato serie. Los guionistas, liderados por Bruno Stagnaro, trabajaron meticulosamente para preservar la narrativa cíclica original, adaptando la esencia emocional de los personajes a un lenguaje moderno y episodios de una hora. Los creadores profundizaron en aspectos más allá de los eventos apocalípticos, resaltando el espíritu combativo y solidario del protagonista, Juan Salvo, interpretado con maestría por Ricardo Darín.
Impacto en la industria audiovisual
La inversión en El Eternauta superó las cifras habituales para la región, marcando un hito en las producciones latinoamericanas para plataformas globales. El proyecto demuestra que es posible crear contenido de alta calidad con relevancia internacional, basado en perspectivas locales. Con un equipo técnico de 150 miembros principales y 250 colaboradores adicionales, la dedicación en cada etapa reflejó un compromiso excepcional.
Matías Mosteirín, productor ejecutivo, destacó que la serie no solo es un producto audiovisual, sino un legado para nuevas generaciones interesadas en la historia y herencia cultural de su región. Esta producción representa un avance técnico, económico y artístico, además de transmitir valores que reflejan una Argentina contemporánea frente a un mundo en transformación.