“Tenemos un rol clave en dar testimonio de lo que nos pasó para que los pibes y pibas conozcan la historia. Somos un seguro de continuidad de la democracia, somos la materialidad concreta de lo que dejó la dictadura”, dijo Camilo Cagni, realizar audiovisual e integrante de H.I.J.O.S La Plata al cumplirse 30 años de la agrupación.
El 20 de abril de 1995, desde los pasillos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), se presentó la regional platense de la agrupación H.I.J.O.S, que nucleaba a jóvenes a los que el terrorismo de Estado le había sacado a sus madres y padres. A lo largo de los siguientes 30 años, la organización fue protagonista de hechos clave en la historia moderna de la Argentina y un actor central de la lucha por mantener activa la defensa de los derechos humanos.
Uno de los hitos que marcó la irrupción pública de H.I.J.O.S. fue la incorporación de un nuevo el formato de protesta: el escrache. La dinámica fue utilizada por primera vez a finales de la década del 90 y buscaba exponer a los represores que gozaban de libertad gracias a las leyes de impunidad. "Si no hay Justicia, hay escrache", decían por entonces para explicar la irrupción de esa nueva modalidad que actualizaba la protesta tradicional que, en materia de defensa de los derechos humanos, corporizaban simbólicamente las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Cagni valoró, además, la presencia de la organización en los colegios, en las facultades y en los medios, “denunciando las atrocidades del gobierno, pero nuestro rol pedagógico va hacia los pibes”.
El avance de la historia tomó un giro casi poético en la provincia de Buenos Aires, donde los hijos de los 30 mil, ocupan lugares de decisión y poder. Por caso, el subsecretario de Derechos Humanos bonaerense es Matías Moreno y su par de la Municipalidad de La Plata, Leo Fossati Ortega.
“Está buenísimo que gente de nuestra generación ocupe lugares sensibles comprometidos en el Estado, que sean hijos y nietos los que tengan la posibilidad de conducir esos espacios, que las políticas públicas estén vivas. Pertenecemos a una generación diezmada, nos sentimos parte de esa continuidad de la lucha”, cerró Cagni.
Días atrás, H.I.J.O.S. La Plata presentó la serie documental “30 años, 30 hijxs, una misma historia”, una serie audiovisual que propone un recorrido por su lucha por Memoria, Verdad y Justicia hasta la actualidad. Se trata de 30 capítulos de cinco minutos cada uno, que bajo el trabajo de los realizadores Arturo Depratti, Diego Cisternas y el propio Cagni, estarán rodando en la programación del canal la casa que los vio nacer, UNLP.TV.
“La idea nace luego de que hace 5 años se armaron unos podcasts radiales por los 25 años de H.I.J.O.S; esto es el complemento de eso en formato audiovisual. Unimos fuerzas con el canal de la Universidad y lo estamos empezando a materializar. Ya hay cuatro grabados y a lo largo de todo el año continuaremos con los demás”, dijo Cagni a Buenos Aires/12.
Los capítulos están divididos por años, desde 1995 al 2025 y en ellos cada hijo e hija tocará un año en particular y de un hito de ese periodo. Así, por ejemplo, hay uno que toca el tema del encuentro nacional de HIJOS, que se realizó en Tucumán en 1998, siendo Antonio Buzzi gobernador de la provincia. A su vez, hay un episodio sobre la represión de la Policía bonaerense en el marco de la lucha estudiantil en La Plata en 1996, como también de la participación de los miembros de la organización en la Cumbre de las Américas en el 2005 en Mar del Plata.
“El hito más importante es haber podido juntarnos, empezar a construir la historia de nuestros viejos de manera colectiva y de nuestro paso a la vida adulta y política”, valoró Cagni, cuyos padres fueron detenidos-desaparecidos cuando él tenía solo 4 meses de vida.
Sus padres, Julio Cesar Cagni y Liliana Silvestri, eran estudiantes de Psicología de la UNLP y militantes de la Juventud Guevarista. Gracias al testimonio de sobrevivientes, la familia pudo saber que ambos estuvieron secuestrados en el centro clandestino “La Cacha”. Camilo Cagni se crió con su familia materna y paterna, por lo que nunca desconoció su identidad y forma parte de la agrupación desde su fundación.
“El gran hito fue el de los escraches en el ‘97, cuando había represores gobernando provincias o municipios, como Aldo Rico en San Miguel o Luis Patti en Escobar. Fue salir a la calle a repudiar a los milicos, generar el escrache, que fue la gran novedad del momento. Fue una especie de recambio en el movimiento de derechos humanos, porque no solo estaban Madres y Abuelas, sino también la juventud irrumpiendo”, recordó.
Con eso, el miembro de H.I.J.O.S, sostuvo que, ante un panorama complejo en materia de protección a las políticas de memoria por parte del Gobierno nacional, evaluó que desde la organización “tenemos que seguir apostando a esta ‘batalla cultural’ desde nuestro lugar de víctimas del terrorismo de Estado, tratando de llegar a los jóvenes que son los que están despertando”.