En Cabo Oriental, en el municipio de Ginsberg, Sudáfrica, se alza un espacio que trasciende los muros que lo contienen. El Centro, impulsado por la Fundación Steve Biko creada en 1998, no se limita a preservar el pasado, lo transforma en herramienta. Con un enfoque integral, el lugar combina arte, historia y educación en un mismo entramado. Allí conviven una biblioteca pública con colecciones de libros, archivos y contenidos digitales; un museo que narra la vida y pensamiento de Biko, espacios de formación, salas de conferencias, un espacio destinado a promover el desarrollo económico a través del impulso a iniciativas productivas comunitarias y hasta un restaurante que pone en valor la cocina de la región.
Este centro comunitario, que recibe visitantes de todo el mundo, apuesta por el desarrollo con raíces. No entiende el progreso sólo como acceso a bienes materiales, sino también como recuperación del alma de un pueblo. El Centro Steve Biko recuerda que sin cultura, sin relato propio, y sin afirmación identitaria,no hay desarrollo duradero.
La Fundación Steve Biko sostiene esta visión a través de programas educativos como “Imbewu” (semilla), talleres teatrales para juventudes y espacios de formación como “Frank Talk”, seudónimo que utilizaba Steve Biko en sus artículos en épocas del apartheid. Todas las actividades tiene un mismo eje, despertar la conciencia y la agencia política cada día.
¿Quién fue Stephen Biko?
Steve Biko nació en 1946 en Sudáfrica, en el seno de una familia atravesada por las desigualdades impuestas por el régimen del apartheid. Desde joven se destacó por su lucidez y compromiso, y en la Universidad de Natal, donde inició la carrera de medicina en 1966, encontró el espacio para articular su pensamiento político. Fue uno de los fundadores y principales referentes del Movimiento Conciencia Negra, una corriente que reivindicaba el orgullo, la dignidad y la autonomía del pueblo negro en un contexto de brutal opresión. Para Biko, no se trataba solo de resistir al apartheid, sino de desarmar los mecanismos internos de alienación que esa estructura había impuesto en las subjetividades negras.
A partir de sus intervenciones públicas, sus escritos y el trabajo concreto en comunidades empobrecidas, Biko se convirtió rápidamente en una figura clave de la resistencia sudafricana. Perseguido y encarcelado en varias ocasiones, fue asesinado por la policía en 1977, a los 30 años. Su pensamiento sigue siendo una referencia fundamental en las luchas antirracistas del continente africano y del mundo, y su vida representa el cruce entre acción política, radicalidad intelectual y compromiso con la transformación social.
Al visitar el Centro se entiende por qué es concebido como un monumento vivo. Este homenaje se expresa a través de libros, voces y proyectos que reúnen a la comunidad comprometida en la construcción colectiva de memoria y en la demanda de las reparaciones históricas que el pueblo merece, tras siglos de opresión ejercida por el poder blanco.
El Centro Steve Biko se alza como un modelo necesario, porque como el líder mismo dijo: "La herramienta más poderosa en manos del opresor es la mente del oprimido". Este Centro, en cambio, es una herramienta para la liberación.