Cristiano Monga y Walter Zenker cruzaron información por primera vez vía mail, cuando sus bandas Cuzcos y Nebularia sonaron en un bloque del programa de Hernán “Compañero Asma” Espejo en Nacional Rock. Más tarde, cuando el combo de Monga y Natalia Gonzalia dejó su base de operaciones en Barcelona para instalarse nuevamente en Buenos Aires, se vieron en shows, intercambiaron discos y Walter se ofreció a grabar el segundo de Cuzcos, El triunfo del fracaso. Fast-forward hacia aquí, el proyecto DDDMZ (Darío Dubois Dúo + Monga + Zenker) floreció en una impro/álbum y quedó así sellada la amistad que volvió a ligarlos en Orden, un proyecto mutante de post-lo-que-sea.

Probablemente ése sea el fuerte de Orden: puede sonar dub, puede tener riffs de bajo tipo Fugazi o ser un ambient bien frío, pueden alternarse en quién controla el aspecto electrónico y demás. Todo bajo las visuales pertubadoras de Diego Uriz, que mezclan simetrías y paganismo ancestral. “Nos vamos adaptando”, resume Monga. “Hay shows como los que hicimos en Perú, donde Cristiano llevaba una batería electrónica y un sampler y yo disparaba cosas que adornaban eso. Se dio a la inversa de lo último que hicimos”, agrega Zenker en referencia al show del jueves pasado en el ciclo Oid Nos, del CASo.

Orden se inició como trío con Heber Lajt (baterista de Comme y Colonia de Ciervos, bandas que comparte con Monga, y también de DDD y Tildaflipers), pero la combustión de personalidades le hizo preferir el resguardo de la amistad y salirse de la ecuación. Aún así, están por salir dos nuevos álbumes con grabaciones de Heber, uno este mes y otro en enero. “Debe ser el proyecto más abierto a formatos e invitados en el que estuvimos”, dice Cristiano. Y Walter completa: “Si sale todo bien, la idea es invitar a Nati (Gonzalia) y a Tomás Burón (de Moretones) para hacer un disco que tiene un tinte más australiano, en formato guitarra, bajo y batería, y volver a eso que también nos gusta”.

Además de responsable del sello de música experimental Prius Discos, Walter maneja el estudio Ercilla, donde grabaron y mezclaron sus dos discos hasta el momento, Bienes materiales (2016) y Cúmulo tapa vacío (2017). Para ambos, la idea es seguir. “Superar los obstáculos que nos va poniendo la vida nos hace ir a lugares que ni siquiera nosotros pensábamos”, dice Monga. “Es como ir salvando la situación a cada rato, pero así también se abre el abanico.”