A menos de una semana de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, la Libertad Avanza y el PRO viven un momento de fuerte tensión. Los dos partidos de derecha, que fueron aliados desde que comenzó el gobierno de Milei, ahora están midiendo fuerzas y la decisión de la Casa Rosada es clara: destruir al partido de Mauricio Macri y terminar de deglutir a sus dirigentes uno por uno. Este lunes, en tanto, el oficialismo amaneció de buen humor por los resultados del día anterior en las cuatel domingo quedó en evidencia que el PRO transita un momento de gran debilidad en todo el país.