Algunos minutos antes de que fuera encontrado el cuerpo sin vida de Santiago Maldonado, durante el operativo del 17 de octubre, uno de los perros adiestrados para detectar restos humanos en el agua marcó un lugar pero en la orilla opuesta del sitio donde ocurrió el hallazgo. Ayer declaró en la causa el bombero Alfredo Roncoroni, que llevaba al can, y dijo que ese día había un olor cadavérico en el ambiente.

El vocero mapuche Fernando Jones Huala había declarado que durante el procedimiento él estuvo con Mabel Sánchez, de la APDH, y con Roncoroni cuando el can hizo esa marcación, tal como publicó Página12, lo cual habría la posibilidad de que el cuerpo de Santiago haya pasado por otros sectores de la comunidad recuperada Resistencia en Cushamen, como sospecha la familia Maldonado. 

Ayer, según consignó la Agencia Cadena del Sur, Roncoroni dijo que “el perro va por la orilla, trabajando sobre el río alejándose unos 30 metros y regresando; ‘oteando’ buscando el cono de olor. Íbamos parando, esperando a que los buzos tácticos llegaran a la posición, y seguimos así buscando el viento. Hicimos unos 1500 metros. En un momento yo le expreso a mi compañera que mi perro había trabajado en una forma especial en un lugar. Yo le digo ‘fijate cómo está haciendo orilla’. Con lo cual, al final del recorrido, empezamos a intercambiar ideas para ver determinadas conductas para reconfirmar con otro perro, para saber si en ese lugar debía entrar un buzo. El perro en una determinada zona de la orilla olfateó. A veces los perros no marcan, pero muestran algún interés en una zona”. El bombero dijo que en ese momento se enteró que del otro lado había un posible rastro positivo. “Había algo en el ambiente. Técnicamente el cuerpo despide una sustancia orgánica volátil que puede pasar del cuerpo al aire o del cuerpo al agua y del agua al aire. Dado lo caudaloso del río, los perros ya venían detectando algunas partículas. No sé a qué distancia puede llegar a marcar, pero sí creo que al ser más caudaloso el río, el olor llega más lejos”. Cuando el abogado del CELS, Federico Efron, le preguntó si la primera marcación del perro pudo referirse a otro elemento distinto del cuerpo hallado, Roncoroni respondió que “no, que las marcaciones obedecían a ese hallazgo”.