Desde este miércoles, viajar en subte porteño tiene una modalidad más. Emova, la concesionaria de la red, habilitó la posibilidad de abonar el pasaje escaneando un código QR, que puede generarse desde cualquier billetera virtual. La medida alcanza a todas las estaciones de las seis líneas y del Premetro, y busca ampliar las opciones de pago para los usuarios, que suman cerca de 800 mil cada día.

El sistema funciona de manera simple: el pasajero genera un QR desde su aplicación de pago y lo acerca al lector del molinete, en donde queda validado en cuestión de segundos. No se requiere conexión a internet ni datos móviles en el momento del ingreso.

Menos efectivo, más alternativas

Con esta incorporación, la red de subtes suma una nueva vía de pago al ya habilitado uso de tarjetas de crédito, débito, prepagas y celulares con tecnología NFC, que actualmente representan el 30% de las transacciones diarias. Aunque el sistema sigue sin aceptar el pago directo con SUBE desde el celular —una deuda pendiente para muchos pasajeros—, este avance apunta a descomprimir las filas en boleterías y a diversificar los medios de acceso.

Para implementar el sistema, Emova destinó 3.5 millones de dólares a la renovación de más de 600 validadores, que fueron adaptados para operar con esta tecnología. Los molinetes habilitados tienen una señalización específica para ubicar los lectores QR.

Modernización a ritmo porteño

La nueva opción también busca facilitar el uso del subte a turistas y visitantes, evitando trámites o la compra de una tarjeta SUBE. Si bien se presenta como una mejora en la experiencia de viaje, la medida forma parte de una tendencia que prioriza los pagos electrónicos y reduce el uso de efectivo en el transporte público.

Con esta incorporación, el subte porteño se suma a una tendencia que ya funciona en otras capitales de la región. El saldo de la iniciativa, como suele ocurrir, quedará en manos de los usuarios.

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