No todo Sherlock necesita su Watson. O al menos eso cree el protagonista de Dept. Q (estreno el próximo jueves 29 por Netflix). La entrega que sigue al detective Carl Morck (Matthew Goode de The Offer) con cuestiones de misantropía evidentes, tan sarcástico como brillante al frente de una unidad de la policía escocesa dedicada a resolver los casos congelados. El “ascenso” lo recibe justo después de salir ileso de una balacera que dejó un muerto y a un colega postrado. "Tenía problemas con las personas incluso antes del incidente", escupe en una escena. En el centro de la historia de este sujeto ermitaño y andrajoso por elección, está su vínculo con los otros dos miembros de su equipo, un asistente de origen sirio (Alexej Manvelov) y Rose (Leah Byrne), la cadete que quiere probar lo que vale.
También hay un caso a descifrar: una fiscal que “llevaba la tristeza dentro” y desapareció sin dejar rastro. Donde todos ven un homicidio, el agudo Morck ve la oportunidad para “traquetear la jaula” y dar con el paradero de Merrit Lingard (Chloe Pirrie). La nueva apuesta de Scott Frank (Gambito de dama) es, a su vez, una adaptación del bestseller Jussi Adler-Olsen a tono con la rugosidad del nordic noir. Y si se tiene en cuenta que hay nueve novelas más, es posible que este sujeto sigua escupiendo su mala onda y descongelando misterios por un par de temporadas más.