La desaceleración industrial que se refleja en el sector automotriz desde el año pasado volvió a ponerse de manifiesto en el anuncio que hizo ayer General Motors: su planta en las afueras de la localidad de Alvear entra en parada técnica durante todo el mes de junio, y luego apagará sus máquinas una semana en cada mes, hasta diciembre, lo que implica retomar las suspensiones al personal hasta fin de año. Una reducción en su volumen de producción ante el cambio en el mercado exterior de la compañía desde la perspectiva argentina.
La multinacional le comunicó la decisión el lunes al Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) de Santa Fe, encabezado por Sergio Gazzera, donde la firma confirmó el freno de la producción en junio durante 15 días para un mantenimiento de la planta con suspensiones a trabajadores y el resto del mes otorgará vacaciones. Y ayer lo hizo público a través de un comunicado de prensa.
"GM informa que, con el objetivo de adecuar su planificación regional de producción, instrumentará una suspensión de una semana por mes en la planta de Alvear, a partir de junio y hasta diciembre de 2025", dice el comunicado. En rigor, tampoco el tren de producción funcionó ayer ni lo hará hoy.
La novedad reavivó la preocupación que hay en el gremio automotriz, porque las dificultades se atisban desde 2023, cuando la planta de Alvear comenzó a producir de manera intermitente y con períodos de parada y suspensiones. Con este anuncio, en Smata asumen que GM producirá a media máquina hasta cerrar el año y allí enganchar con el período de vacaciones. Suma tensión al panorama la posibilidad de que, además, la empresa haga una reducción de salarios y pague el 75% del jornal por cada día de suspensión.
La parada técnica de junio coincide con la realización de tareas de mantenimiento que suelen realizarse en este momento del año. Fuentes de Smata aclaran que la empresa había comunicado esta intención de antemano, pero descifran que el motivo de fondo es la baja demanda de Brasil.
En la comunicación de GM hay que leer entrelíneas. El mensaje difundido ayer elige el verbo "adecuar" el plan de producción regional. Y con eso explica que la incertidumbre "se basa en la dinámica de las exportaciones en el actual escenario sudamericano" . No obstante, la empresa asegura que esta ralentización "no afectará el abastecimiento de vehículos al mercado argentino, ni las inversiones para realizar las actualizaciones necesarias en la planta para fabricar la nueva generación de Tracker", en referencia a la camioneta que se fabrica en la factoría de la autopista Aramburu y ruta A-012.
Los analistas atribuyen el fondo de la cuestión a la devaluación del real que resta competitividad a la producción argentina, y también a la ofensiva de la industria automotriz asiática en el mercado latinoamericano. La liberación del flujo importador facilitó el ingreso de un aluvión de unidades de origen asiático que ahora prevalece en Brasil y le quita demanda a la producción nacional de GM. Esto, sumado a que General Motors Argentina, desde Alvear, solo produce un modelo, la Chevrolet Tracker, que también fabrica la planta GM en el estado brasileño de San Pablo.
Las cosas venían enredadas para la fábrica de la marca Chevrolet. En enero abrió un plan de retiros voluntarios para su personal de Alvear, que hoy cuenta unos 600 empleados directos. Venía de un 2024 difícil, en el que la producción anual de vehículos se achicó de 430 mil a 330 mil unidades. En el primer trimestre del año pasado, GM había parado la producción, la reanudó en marzo, pero volvió a detenerse. Esa vez, la empresa atribuyó la parada a contratiempos surgidos en el suministro de piezas por parte de los proveedores, afectados por problemas de importación. Y siguió apagando las máquinas de manera intermitente en los meses siguientes.
Ahora la decisión de GM va en sintonía con otras competidoras que también disponen "readecuaciones", que en la práctica consisten en dejar de producir en Argentina y migrar determinados procesos a otros países. Tal es el caso de Nissan Latinoamérica, que dejó de fabricar la pick up Frontier en Santa Isabel, Córdoba; y el de Volkswagen Argentina, que dejó de hacer el SUV Taos que montaba en General Pacheco, Buenos Aires. En ambos casos, esos vehículos ahora se producen en sus respectivas plantas de México.