Conmueven o al menos deberían conmover las palabras del padre del fotoreportero Pablo Grillo malherido por un agente estatal durante la represión a una de las manifestaciones de protesta de las jubiladas y jubilados. En efecto Pablo Grillo, ha sobrevivido a la vil agresión que le partió el cráneo y le dice al gobierno que deje de atacan a quienes manifiestan su rechazo al brutal ajustazo.

La actual administración liberticida priva de alimentos a las infancias, de medicación oncológica, de medicinas a personas de la tercera edad y continúa destruyendo la trama social. La exclusión social y la banalización del mal han adquirido ya niveles impensables décadas atrás.

Negacionismo del genocidio, pretensión de militarizar la sociedad, censuras por doquier, persecución ideológica. Desfinanciamiento de la educación y de la salud pública, multiplicación del número de personas en situación de calle. Aumento exponencial de la pobreza y la indigencia.

No conformes con todo esto además las y los funcionarios, legisladoras y legisladores incluidos se burlan de personas que padecen dicapacidades, las estigmatizan, las degradan.

El primer mandatario dirige el coro de perversos y hasta hay una legisladora que niega la capacidad de la medicina y la enfermería para atenuar sufrimientos. Claro son seres frívolos y necios. Pero no hay patología que justifique esos comportamientos propios de estos malditos engendros capitalistas. Los ejecutores de estas políticas son plenamente concientes de ser hacedoras y hacedores del malestar general, son instrumentos de vasto sistema

Más temprano que tarde pasarán al estercolero de la historia mientras tanto no hay otro camino que combatirlas y combatirlos.

Carlos Solero