Hoy es imposible vaticinar qué podría gestarse a partir de la decisión de esta Corte abyecta, apurada por su venganza de clase porque, entendámonos: de eso se trata antes de cualquier otro factor.

El pueblo dirá o no dirá. El pueblo y la dirigencia que convoca a la representación de sus mayorías sufrientes, desde minorías intensas que ahora tienen la enorme y obligatoria responsabilidad de apartar