El consejo directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) definirá esta mañana la modalidad del paro contra la reforma previsional que el Gobierno intentará aprobar hoy en el Congreso. A partir de las 9 se reunirá la cúpula cegetista en la sede de Azopardo para terminar de darle forma a la medida de acción directa: a las 12 comenzará la huelga y se mantendrá hasta la medianoche. La Unión Tranviaria Automotor (UTA) garantizará el servicio de transporte para facilitar la vuelta a casa de los manifestantes y los trabajadores. También paran los sindicatos nucleados en las dos CTA.

Los dirigentes de la central obrera comenzarán temprano su reunión para afinar los detalles de la protesta contra el proyecto que modifica el modo en que se calculan las jubilaciones y pensiones –recortando los fondos en unos 100 mil millones de pesos– y que el Poder Ejecutivo quiere que se apruebe con celeridad. Los dirigentes de la CGT, que ya se encuentran en estado de alerta, se juntarán para dar forma al paro de doce horas que se confirmará a media mañana. Será una huelga sin movilización, aunque sectores gremiales de la central, como la Confederación Federal de Trabajadores –que encabeza el bancario Sergio Palazzo– se sumará al acto de rechazo a la modificación previsional que exige el Fondo Monetario Internacional.

Si bien la CGT no llama a movilizarse hoy frente al Congreso, como sí hacen numerosas organizaciones gremiales y sociales (ver página 5), la central tampoco quiso obstaculizar la protesta. “No queremos entorpecer la asistencia a la movilización”, explicó a PáginaI12 una fuente sindical y agregó que “por eso se va a garantizar el servicio transporte, para ir y sobre todo para desconcentrar”. 

La represión ordenada por el Gobierno sobre los trabajadores y movimientos sociales el jueves pasado fue determinante para que la dirigencia cegetista decida impulsar el segundo paro general contra la administración del presidente Macri. En abril, la central de trabajadores realizó una huelga general de 24 horas en desacuerdo con las medidas económicas impulsadas por el Gobierno.

“El secretario gremial de la CGT, Pablo Moyano, convoca a todos los trabajadores de la República Argentina a adherir a todas las medidas de fuerza necesarias propuestas por el Consejo Directivo para impedir las reformas que aspira poner en práctica el gobierno nacional en perjuicio de los derechos de los trabajadores, los jubilados y los sectores más vulnerables del pueblo”. La nota firmada por el dirigente camionero puso de manifiesto la voluntad de concretar la medida de fuerza, a pesar de los rumores de que sectores internos –los grupos conocidos como los Gordos y los Independientes– insistían en esperar a ver si se aprueba la reforma para definir o no la huelga. 

El intento de frenar la movilización de los trabajadores y los movimientos sociales militarizando los alrededores del Congreso disipó las vacilaciones dirigenciales. “La CGT libera a sus organizaciones para marchar hacia el Congreso y no avala provocaciones ni disturbios que puedan entorpecer el funcionamiento del Congreso”, señaló un dirigente de la central, dejando en claro que si bien la CGT no convoca a la manifestación, cada gremio puede hacer lo que decidan sus bases. De hecho, participará de la movilización en representación de la CGT la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que movilizará a sus delegados para reclamar en contra de la iniciativa gubernamental.