Cuando Sony anunció que la esperada secuela de Exterminio se filmaría con iPhones 15, sorprendió a la industria cinematográfica. Nuevamente bajo la dirección de Danny Boyle, la franquicia postapocalíptica explora nuevas fronteras tecnológicas.
La decisión de usar iPhones en lugar de cámaras tradicionales responde a una filosofía de experimentación cinematográfica. En 2002, la película original Exterminio desafió a la industria al adoptar cámaras digitales cuando el celuloide dominaba. Ahora, Boyle y su equipo llevan la innovación un paso más allá. Emplear el iPhone 15 Pro Max no es solo una elección técnica; busca capturar la esencia de la humanidad enfrentándose a pandemias y catástrofes.
Presión y medidas de confidencialidad
Filmando bajo una estricta política de secreto, el equipo de producción firmó acuerdos para proteger este enfoque poco convencional. Esto no evitó algunas filtraciones, entre las que destaca una imagen de Jodie Comer en el set, que reveló el uso del teléfono.
Los desafíos técnicos fueron considerables: adaptar las cámaras para lograr un nivel de detalle y profundidad equiparable al de equipos profesionales. Lograron estos requisitos combinando varios adaptadores y lentes específicos que transformaron el smartphone en una potente herramienta cinematográfica.
Una nueva perspectiva para el género de acción y terror
El uso de cámaras de acción también desempeñó un papel fundamental. Un tipo especial se montó en animales entrenados, lo que permite una evolución en cómo se experimenta la aventura desde ángulos imposibles. Estas perspectivas inéditas añaden un nivel adicional de inmersión para el espectador. Con la imagen ampliada a una relación de aspecto de 2.76:1, la experiencia del terror alcanza una nueva dimensión.
Con un elenco estelar compuesto por figuras como Jodie Comer, Aaron Taylor-Johnson y Ralph Fiennes, la tecnología moderna no solo captura lo visual, sino que también conecta con las emociones. Cada rincón de la pantalla se convierte en una oportunidad para intensificar la tensión, mientras los infectados acechan desde cualquier ángulo.