6 - F1: LA PELÍCULA
(F1: The Movie, Estados Unidos/2025)
Dirección: Joseph Kosinski
Guion: Ehren Kruger
Duración: 155 minutos
Intérpretes: Brad Pitt, Damson Idris, Kerry Condon, Javier Bardem, Simone Ashley, Callie Cooke y Tobias Menzies
Estreno en salas

Nunca estuvieron entre los platos más recurrentes de la cocina de Hollywood ni siquiera cuando varios actores de renombre (Steve McQueen, Michael Fassbender, Patrick Dempsey, Paul Newman) tienen o tuvieron como hobby el pilotaje de autos de carrera. De todas formas, las películas de automovilismo tienen una larga tradición en la industria audiovisual. Hay de todo, desde clásicos inoxidables como Grand Prix (1967) y Le Mans (1971) hasta títulos más contemporáneos como la notable Rush, pasión y gloria (2013), Contra lo imposible (2019) y Ferrari (2023), pasando por la muy noventosa Días de trueno (1990) o la fallida Alta velocidad (2001). A ese grupo se suma ahora F1: La película, en la que la categoría más importante del mundo tuerca, que viene teniendo un crecimiento exponencial en Estados Unidos a partir de la serie de Netflix Drive to Survive, pone todo su circo al servicio del lucimiento de Brad Pitt y de las varias escenas de pista filmadas durante las carreras de la temporada 2023.

El director se llama Joseph Kosinski y es el mismo de Top Gun: Maverick, indicada por muchos (Steven Spielberg entre ellos) como la salvadora de la exhibición cinematográfica luego de la pandemia. Kosinski cambia aquí los aviones de guerra por los autos concebidos al milímetro para una película cuyo arco dramático revisita buena parte de los tópicos de la secuela aérea. Esto incluye a Pitt reemplazando a Cruise como la estrella alrededor de la que orbita una trama que encuentra al piloto Sonny Hayes corriendo las míticas 24 Horas de Daytona (misma pista del clímax de Días de trueno, en la que Cruise se ponía el buzo antiflama de un piloto de Nascar). Ya en esa carrera de larga duración queda claro su espíritu indomable al volante y de reo difícil de controlar por el equipo, así como también su decisión de subirse a cuanto auto le pongan delante, siempre y cuando haya un puñado de billetes verdes como compensación por los servicios prestados.

Con una casa rodante como única pertenencia, Hayes carga con el rótulo de promesa trunca desde que un brutal accidente en 1993 –la película utiliza el archivo real del accidente de Martin Donnelly en las prácticas del Gran Premio de España de 1990– lo llevó al borde de la muerte y terminó con su breve paso por la Fórmula 1. Un trauma que le dejó varias cicatrices en el cuerpo y lo visitará regularmente con la forma de pesadillas nocturnas. Sin embargo, y a una edad que el guion, más allá de algunos chistes, se esmera en no revelar, llegará la oportunidad de revancha de la mano de su viejo compañero de escudería Rubén Cervantes (Javier Bardem), quien ahora está a cargo del equipo Apex GP. El rendimiento de los vehículos negros y dorados fue pésimo durante sus dos años y medio de vida, al punto que no sumaron ni un punto, así que ahora deben ganar al menos una de las nueve carreras que quedan para evitar que los inversores decidan vender. No hay antecedente en 75 años de Fórmula 1 de semejante proeza. Pero aquí estamos ante una de las grandes apuestas para la cartelera del verano del hemisferio norte, un terreno donde todo es posible.

A diferencia de otros deportes, el principal rival en el automovilismo es el compañero de equipo. F1 exprime al máximo esa característica poniendo como compañero de Hayes a un novato (Damson Idris) que pasa de némesis a casi amigo luego de un accidente. O de dos, porque aquí todo es más grande y largo que lo recomendable. El resto puede suponerse viendo el tráiler: la aparición de un interés romántico (la ingeniera a cargo de Kerry Condon), la progresiva mejora en los resultados, el equipo confiando lentamente en ese outsider que es Hayes y la posibilidad de una venta ciñéndose sobre ellos. Puede suponerse también que el fuerte de F1 no es tanto su desarrollo dramático como las escenas de carreras. Kosinski tiene un pulso notable para filmarlas con una mezcla justa de realismo y espectacularidad, dando como resultado una película que pide a gritos ser vista en una buena sala de cine. No será mucho, pero tampoco poco.