Hace unos años, el bautizo de un pibe argentino dio la vuelta al mundo porque al sacerdote se le ocurrió preguntarle: “¿Quieres ser cristiano?”. Y él, más seguro de su identidad futbolística que de la religiosa, aclaró rápidamente: “¡No, yo quiero ser Messi! Es inevitable, el mundo del fútbol perfora todas las convenciones asumidas. Y sino que se lo digan a la jueza Makintach, que a estas horas debe estar analizando balcones. La magistrada acaba de renunciar a su cargo. Ha dejado los focos, y esa obstinada obsesión por ser famosa, que pensaba perpetuar mas allá del juicio por la muerte de Maradona. Chocó con la tesis “freudiana” sobre el principio del placer y el