En una noche cargada de simbolismo y efervescencia política, Juan Monteverde, el candidato a concejal de Rosario por el frente "Más para Rosario", compuesto por Ciudad Futura en alianza con el peronismo, se alzó con un triunfo resonante que lo posiciona como un actor clave en el escenario político de la ciudad y con proyección nacional. Con el 30,6 por ciento de los votos, la lista liderada por Monteverde obtuvo cinco de las trece bancas en juego para el Concejo Municipal, marcando un hito en la historia política rosarina.
El Centro Cultural Distrito 7, devenido en centro de campaña, fue el epicentro de la celebración. Jóvenes militantes de Ciudad Futura se mezclaban con figuras históricas del peronismo rosarino como Eduardo Toniolli, Agustín Rossi, Germán Martínez, Norma López, Alejandra Rodenas y Paula Sagué, conformando una imagen de unidad que preanunciaba la magnitud de la victoria. La llegada de Monteverde desató una ovación ensordecedora, cargada de la emoción de quienes veían materializado un sueño largamente gestado.
"Los argentinos y argentinas a lo largo de nuestro país están mirando lo que está pasando en este rinconcito de la patria", comenzó Monteverde su discurso, con la voz apenas contenida por la euforia. "Para mí es una alegría enorme poder comunicarles que después de casi 30 años la oposición ganó las elecciones en la ciudad de Rosario. Pero fundamentalmente que tenemos futuro". La referencia a las casi tres décadas sin que la oposición lograra un triunfo de esta envergadura resonaba con fuerza en el recinto.
El tono de Monteverde, firme y sin titubeos, se mantuvo a lo largo de toda su alocución, que se extendió por trece minutos. "Hoy el pueblo de Rosario le ganó al intendente, le ganó al gobernador y le ganó al presidente", sentenció, en una clara alusión a la confrontación con los poderes establecidos. "Hoy Rosario votó sin miedo, votó en contra de los aparatos, en contra de la mentira, en contra de la campaña sucia, de la difamación". Las palabras eran un latigazo contra lo que el espacio considera las prácticas políticas tradicionales.
El líder de Ciudad Futura hizo un llamado a la unidad y al diálogo, desmarcándose de la polarización que domina la escena política nacional. "Y yo quiero ser muy claro, en estos tiempos de odio y de violencia, jamás van a encontrar que yo responda al odio con más odio y a la violencia con más violencia".
Monteverde subrayó la coherencia de su espacio a lo largo de los años: "La verdad que los que nos conocen saben que venimos peleando hace años, que peleamos siempre con armas nobles, que intentamos siempre mostrar lo que hacemos, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que soñamos, lo que hicimos". En sus palabras se percibía la convicción de quienes construyen desde abajo: "Tenemos un proyecto de ciudad para ofrecer que no es otra cosa que un proyecto de sociedad, un proyecto de país, un proyecto de mundo. Y hoy este proyecto en un mundo diferente ganó la elección de compañeras y compañeros, contra todos y contra todas". El cántico "Juan Monteverde, la esperanza nacional", coreado por los militantes, sellaba ese pasaje de su discurso.
El candidato no eludió la autocrítica y la mirada hacia aquellos que, desilusionados, se abstuvieron de votar. "Yo vengo diciendo hace mucho tiempo que a pesar de lo que uno lee en los diarios, escucha en la televisión, que hoy hay una mayoría social en Rosario, en Santa Fe y en Argentina que la está pasando mal, que no está de acuerdo con este modelo que nos proponen y que simplemente tenía que aparecer una fuerza que esté dispuesta a salir a representar a esa mayoría. Y salir a representarla sin miedo, salir a representarla sin disfrazarnos, sin ocultarnos, peleando por las mismas banderas que peleamos siempre, no escondiéndonos, montando los sueños, sabiendo que siempre podemos salir adelante".
Monteverde extendió su mano a la porción de la ciudadanía que no acudió a las urnas. "Hoy somos la fuerza más votada y ganamos. Pero también hay otra mayoría, que es la que no fue a votar. Y yo también les quiero hablar a esa mayoría, porque eso también habla de la democracia que tenemos y de la democracia que han construido otros". Consciente del escepticismo que genera la política, prometió: "Mi compromiso hoy, con todos los que hoy nos están mirando, es decirles que tendremos dos años para convencerlos que en el 27 vayan a votar, que la ciudad cambie después de cuatro años, que hay una forma distinta de hacer las cosas".
El líder de Ciudad Futura hizo un llamado a la unidad y al cuidado de lo construido. "Cuidemos profundamente esto que hemos construido. Hoy los rosarinos y las rosarinas tenemos el privilegio de que a toda la bronca, la angustia y la frustración que nos va a ver lo que pasa en televisión y el modelo de crueldad que parece que no tiene límites, toda esa bronca hoy la podemos canalizar en algo positivo que es un proyecto y un camino de unidad". Advirtió sobre las embestidas futuras: "De acá a dos años nos van a tirar con todo, como lo hicieron estas últimas dos semanas. Van a decir cualquier cosa de nosotros, van a intentar dividirnos, van a intentar fraccionarnos. Esta unidad hermosa que construimos y que la gente acompañó, cuidémosla compañeros y compañeras porque es la garantía de que en dos años Rosario cambia. Por primera vez en 50 años".
Más allá de la alegría por el triunfo, Monteverde enfatizó la urgencia de atender las problemáticas actuales de los rosarinos. "Pero también hay mucha gente que no puede esperar dos años porque le está pasando mal hoy. Y nosotros sabemos de esa desesperación, de ese dolor y de esa angustia, por eso para mí es fundamental que Rosario retome el diálogo político. No podemos vivir en una ciudad partida, tenemos que retomar el diálogo entre el oficialismo y la oposición".
En un gesto de madurez política, Monteverde extendió una invitación directa al intendente. "Hoy hay una fuerza que ganó la elección y yo lo convoco al intendente a que mañana (por hoy) nos reunamos para empezar a resolver los problemas que los Rosarios tienen y que no pueden esperar dos años". Y concluyó, con la mirada puesta en el futuro pero sin perder de vista el presente: "Vienen dos años largos, vienen dos años complejos, pero quédense tranquilos y tranquilas de que tenemos la alternativa, de que tenemos la esperanza y en dos años Rosario cambia para siempre".
El discurso de Monteverde no solo fue el festejo de una victoria electoral, sino la manifestación de un proyecto político que busca trascender las urnas y transformar la realidad, con la unidad en la diversidad como bandera y la esperanza como motor. La ovación final de la multitud, que coreaba "¡Se siente, se siente, Monteverde Intendente!", cerró una noche que promete ser el punto de partida de una nueva etapa para la política rosarina y un faro para el resto del país.