Hace mucho frío, querido lector, y aunque algunos quieran catalogarlo así, no se trataría de una maniobra de la Corte para que Cristina no salga al balcón ni de una maniobra del kirchnerismo para evitar que se recaliente la economía ni del efecto de una conspiración venezo-mapucho-judeo-alfacentaurina para que nieve en el Sur como versión berreta de El Eternauta ni de una nueva “división general de la temperatura" que hace que nosotros nos muramos de frío y los europeos de calor.

Tampoco tiene la culpa el 56% que lo votó, ni el 44 que no lo votó.

Cierto es que algunos/as tendrán buena calefacción, alfajores de chocolate, fondue, y hasta calor humano prepago, mientras que otros estarán totalmente frágiles a merced del tiempo. Y, en el medio, todos los matices que la Humanidad suele brindarnos. Y si alguien dice que “la temperatura no está dividida con un criterio de justicia; los recursos humanos, muchísimo menos, para no hablar de los fallos judiciales, que bastante se habla ya", también es cierto.

La verdad es que estos tiempos son esencialmente difíciles para el humor, y no por falta de temas, sino por exceso de creencias. Me explico: los humoristas nos basamos en la infinita cantidad de absurdos que pueblan nuestra vida, los mostramos como tales, y, si lo hacemos bien, sorprendemos a quien “ya conocía la noticia pero jamás la había pensado de esta manera”. En general, pasa lo mismo con las demás artes. Pero si los absurdos se naturalizan, se vuelven creencia, se “explican” y dejan de ser absurdos (por ejemplo, si “la pobreza es un regalo de Dios” y “el sufrimiento es una prueba”, o “el robo es un acto de justicia” o “la riqueza es un mérito”), entonces el humor hace las valijas y se vuelve a su casa por falta de público.

Lo mismo ocurre si cualquier desdicha del presente se explica como estrategia para lograr un futuro mejor; y no estoy hablando de “un esfuerzo razonable”, sino de verdaderos sacrificios y privaciones singulares o colectivas. Si uno puede ser lo que quiera ser sin tener que hacer nada, solo “percibiéndose”, entonces yo puedo decir: “soy un ser de clase media en el salario equivocado” o “estoy un poco gordo, pero desde el lunes empiezo a percibirme más delgado”, o “no me gusta lo que veo en el espejo, desde mañana voy a reflejarme en una pared”..., dejan de ser chistes, buenos o malos pero chistes, y pasan a ser “maneras de pensar distinto, opiniones, etc.”. Y entonces los humoristas salimos corriendo a buscar, ya no un psicoanalista, sino alguien que nos tire un manguito para que el panadero “el pan nuestro de cada día dénosle hoy”.

El humor, la pregunta, el buen psicoanálisis, el cuestionamiento, la crítica en serio, aquello que angustia pero mueve, tiene poco espacio porque a gran parte de la población no le interesa la pregunta, sino que está urgida por una respuesta rápida que “le tape el agujero”, aunque después le termine haciendo uno más grande. Así estamos actuando, pensando, votando.

Por eso mismo, quiero hacer hincapié en la necesidad de charlar, preguntarse, escuchar, debatir. Y en ese sentido, quiero terminar esta columna incluyendo la letra de una canción para solistas y coro. Aún no tiene música (pero pronto la tendrá) y quizás sirva para que usted, lector, la entone (como si fuera una marcha) cuando festeje nuestra Independencia este próximo miércoles 9 junto a sus seres amados, queridos o tolerados, con un locro, un chocolate con churros, unas empanadas o una pequeña ensalada de coliflor y aceto, cada uno sabrá.

Unidos triunfaremos: Marcha Empatal (a triunfal no llega)

(letra: Rudy)®

Solista 1

¡Es la hora, queridos compañeros!

Está en juego el futuro y el presente

Se vienen unos tiempos muy fuleros

Y las medidas ¡deben ser urgentes!

Es necesario que estemos muy unidos

¡Por la patria, y por nuestros derechos!

¡Todos juntos, frente al enemigo!

Un solo corazón, un solo pecho.

Coro

¡Unidos, venceremos; unidos, lo lograremos!

¡Unidos, triunfaremos; por la victoria, todo lo daremos!

Solista 2

¡Compañeros, unidos venceremos!

La victoria lograremos esta vez.

Pero no puedo dar todo lo que tengo

Porque si no, ¡no llego a fin de mes!

Coro

¡Unidos, venceremos! ¡El triunfo será nuestro, lo presiento!

Y cada compañero y compañera, de lo que tenga,

dará el treinta por ciento.

Solista 3

La victoria será nuestra, y la utopía

De un mundo de igualdad, será presente.

Pero pido que lo hagamos otro día;

Hoy no puedo, ¡porque juega Independiente!

Coro

¡Unidos, venceremos! ¡Cada uno hará todo lo que pueda!

Algunos luchando en la trinchera

y otros hinchando desde Avellaneda.

Solista 4

¡Compañeros, es genial estar unidos!

El mismo corazón, la misma mano.

Vayamos todos a la misma mesa,

Pero recuerden que soy vegetariano.

Coro

¡Unidos, triunfaremos! ¡Unidos en la lucha y la memoria!

Todos unidos comeremos: unos, chorizo,

¡y otros, zanahoria!

Solista 1

¡Campesinos, estudiantes y obreros, unidos, haremos el futuro!

Ahora los dejo, queridos compañeros.

Tengo que entrar a un zoom por mi laburo.

Coro

¡Unidos, triunfaremos! ¡Unidos, que el futuro nos alienta!

¡Unidos, venceremos! Unidos, ¡cada uno por su cuenta!

Sugiero acompañar esta columna con el video de Rudy-sanz “Eso quiere decir que hay otra historia”