El candidato del Partido Socialista de Cataluña (PSC), Miquel Iceta, podría convertirse en un presidente de consenso de los partidos no separatistas en medio de la crisis abierta en la región española a raíz del proceso independentista.

Iceta, de 57 años, sorprendió a todos en la campaña de las elecciones españolas de 2015, bailando al ritmo de la canción "Don't Stop Me Now" ("No me paren ahora"), del grupo de rock británico Queen. Desde entonces, su ascenso ha sido imparable.

"La gente solo se quedó con el baile y, en fin, hago alguna otra cosa", se quejó con una sonrisa hace unos días en televisión y en campaña a las decisivas elecciones regionales que Cataluña celebrará mañana.

En octubre Iceta fue uno de los que trató de convencer al ex jefe del gobierno catalán Carles Puigdemont de que renunciara a una declaración unilateral de independencia, tal como ocurrió tras el referéndum del 1 de ese mes, al tiempo que trataba de mediar con Madrid para que no se activaran medidas para intervenir la región, como finalmente sucedió.

Según su biógrafo, el papel de mediador le viene de lejos: ya de niño, en sus comidas familiares había independentistas catalanes y vascos, además de socialdemócratas. "Como no sabía qué elegir, me hice socialista", explica cuando le preguntan cómo llegó al PSC.

Con más de 30 años de militancia, Iceta, nacido en Barcelona en 1960, es uno de los grandes veteranos del socialismo catalán. Convencido de que una reforma de la Constitución española en clave federal es la única vía para dar una solución a la crisis independentista catalana, su propuesta en plena campaña electoral de crear un Ministerio de Hacienda catalana que gestione todos los impuestos en la región provocó una tormenta política.

Pese a las críticas de independentistas y no independentistas, podría convertirse en una "tercera vía" si los partidos que impulsaron el proceso separatista no logran la mayoría absoluta en los comicios de mañana y los que lo rechazan consiguen cerrar un pacto para gobernar.

En ese caso, aunque la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, lograra más votos en las urnas como pronostican las encuestas, su futuro como jefa de un gobierno catalán "de concertación" está en duda por las reticencias de la coalición izquierdista Catalunya en Comú-Podem. De ocurrir esto, el papel podría recaer en Iceta.

Irónico y rápido en sus respuestas parlamentarias, es uno de los pocos políticos catalanes que irradia tranquilidad en medio de la tormenta desatada por el proceso secesionista en la región.

Su llegada a la política se produjo cuando comenzó la universidad para estudiar la carrera de Ciencias Químicas, que abandonó para entrar en las Juventudes Socialistas de Cataluña.

Tras una larga y discreta carrera, en 1999 se convirtió en el primer político español que declaró públicamente su homosexualidad, seis años antes de que el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero aprobara la ley del matrimonio igualitario.

Actualmente es uno de los dirigentes homosexuales más conocidos de España y cada vez que tiene ocasión clama contra las agresiones homófobas -hace unos días la Fiscalía abrió una investigación contra un profesor universitario que lo insultó- y contra los "armarios".