“El pueblo Mapuche ha resistido ya a la invasión Inca, a la corona española, a la conformación de los Estados, y ahora a las grandes empresas. En distintas regiones donde el pueblo Mapuche habita, está levantándose de manera contundente, despertando su cultura, su lengua, está haciendo ceremonias que hace 200 años que no se hacían”, cuenta Pablo Piovano. El consagrado fotógrafo –que tuvo un celebrado paso por Página/12- reflexiona sobre la exposición Mapuche, el retorno de las voces antiguas que presentará este sábado 26 en el Complejo Cultural Los Pinos, de Ciudad de México, en el hermano país latinoamericano. La antigua residencia de los presidentes mexicanos es un enorme centro cultural desde la gestión del ex presidente Andrés Manuel López Obrador le cambió su destino para acercarla al pueblo.
Este trabajo de Piovano fue reconocido en 2024 en el World Press Photo y se expone también en Chile y Alemania. Además, a partir de agosto estará en la Feria del Libro de Comodoro Rivadavia. Y es una excelente muestra de la intensidad de las imágenes del fotógrafo argentino.
Para Piovano, este trabajo se enlaza como continuidad con su abordaje sobre el impacto de los agrotóxicos en las comunidades de distintas provincias. “El eje termina siendo el mismo: el impacto de las grandes corporaciones sobre la comunidad”, considera. “En este caso se alinea sobre una organización política ancestral muy interesante, que no tiene los códigos de la política para nosotros tradicional, pero sí con una gran organización”, agrega. Fueron siete años de trabajo para Piovano y su compañero, el periodista Maxi Goldschmidt, en diferentes comunidades mapuches del sur de América.
El disparador de este trabajo, explica Piovano, fue la desaparición de Santiago Maldonado. “Eso me hizo pensar en quién era este pueblo, cuán poco sabíamos sobre ellos. Al tiempo asesinaron a otro joven mapuche –Camilo Catrillanca- del lado chileno y ahí viajé a la Araucanía. Así comenzó un trabajo donde narré primero el conflicto territorial y luego la espiritualidad”.
“La política frente a los pueblos originarios, al pueblo mapuche, es una continuidad de descuidos y olvido. Con Macri asesinaron y desaparecieron a Santiago. Alberto puso presa a la única machi que hay en Argentina, que se levantó después de 80 años. Los machis son una figura muy importante para el pueblo mapuche. Y ahora, Milei apresó a 17 mapuches que están defendiendo un pedacito de tierra en Vaca Muerta. Esta continuidad de descuidos y broncas contra un pueblo originario son una constante, desde la conformación de los Estados, te diría”.
“De alguna manera el trabajo envuelve a la Patagonia Argentina-Chilena, y trabaja sobre tres ejes de explotación: en la Araucanía de las grandes forestales, que Pinochet entregó a dos familias, en Argentina con Vaca Muerta, que es territorio ancestral Mapuche, y en el sur, en Río Bueno, una hidroeléctrica de capitales noruegos, que amenaza un río sagrado para una macha. Entonces son las tres grandes industrias sobre territorio ancestral Mapuche. Podríamos hablar de una nueva conquista, ¿no?”