Los cuatro gendarmes que fueron detenidos a principios de esta semana por el robo de alrededor de un millón de pesos, sustraídos a una familia en el marco de un control vehicular, en zona norte, fueron imputados y quedarán en prisión preventiva por orden judicial. El fiscal Iván Enriquez les atribuyó los delitos de abuso de autoridad y hurto agravado por haber sido cometido por funcionarios públicos, tras el hecho cometido en Bouchard y Servellera, el martes por la noche. Mientras que a uno de los agentes de la fuerza federal se le agregó la acusación por coacciones.

Las imputaciones por el hurto recayeron sobre Hernán Romero, David Pacheco, Carla Santillan y Diego Torales. Al primero de los mencionados se le endilgó también el delito de coacciones. Se trata de hechos cometidos el 22 de julio, alrededor de las 22.45, cuando los funcionarios de Gendarmería Nacional Argentina se encontraban en servicio realizando un control vehicular. Para el fiscal, abusando de su autoridad, obligaron a un hombre y a su pareja, como así también a sus dos hijos, a descender de su vehículo para así requisar el mismo. 

"Esto ocurrió en circunstancias en que los ocupantes ya habían sido identificados y no había ningún motivo legal para ejecutar dicho acto de autoridad, afectando de ese modo el correcto funcionamiento de la administración pública", expresa la imputación.

En esa situación, y tras requisar el auto, "uno de los imputados se apoderó ilegítimamente de dinero que llevaban en el rodado y se retiró hacia la camioneta oficial, a la cual ascendieron los restantes tres imputados y se retiraron del lugar".

En tanto, se le imputó a Romero que esa misma noche, en inmediaciones de calle Machaín y Maciel, mientras se realizaba la aprehensión, el imputado manifestó a las víctimas que podían devolverle el dinero y que no denunciaran. 

Además, se indicó que "el imputado se dirigió a los mismos con insinuaciones respecto a que si denunciaban iba a haber consecuencias, causando de esta manera temor a las víctimas, restringiendo su libertad".

El arresto de los cuatro uniformados fue tarea de sus compañeros, también gendarmes, que estaban en el punto fijo de la fuerza federal cuando las víctimas se acercaron a dar cuenta de que advirtieron la faltante del dinero, momentos después del control de tránsito en el que fue revisado el auto en el que se trasladaban.