En un duro editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cargó contra el Presidente Javier Milei tras su polémico discurso en La Plata –donde intentó subir al ring al gobernador Axel Kicillof con datos falsos sobre la inseguridad en el país– y aseguró que “debe ser lindo, ante mentes como las de sus seguidores, pararse en un cajón y decir cualquier estupidez”.
El editorial de Víctor Hugo Morales
El artista operador Cutufós pregunta cómo empezamos el programa. ¿Con qué audio, cuál es el estribo para subirnos a la pelea diaria? "Hace un revuelto de Milei". Ponés un Milei y le agregás otro cualquiera y revolvés. Tenés que batir, y mezclar un ratito. No te pases... porque te queda baba.
Debe ser lindo, ante mentes como las de sus seguidores, pararse en un cajón y decir cualquier estupidez. Nadie exige calidad al discurso. Ni verdad. Que tire un manporro tras otro, que le brillen los ojos como si lo iluminaran de abajo. Que sude, que grite, que sea el mayor esperpento posible.
Habla de narcos y la pregunta que surge es quién es su dealer, quién lo provee de los datos que le entran al cerebro por la nariz. Miente un rato en la provincia que logró bajar las estadísticas del país en materia de homicidios.
A nadie se le ocurre que Bullrich pueda hablar de una baja sensible si los números fundamentales no provienen de la provincia de Buenos Aires. Se enardece cuando brama que hay que sacarlos a patadas, eso dice, delirando en su violencia.
Menciona la corrupción como si se pudiera librar así de $Libra. Estafó, embaucó y arruinó a cientos de personas el 14 de febrero a las 7:01 de la tarde. Él sabe que nosotros sabemos, pero no le hace mella. El mundo lo sabe, pero él vive en otro planeta. Habla de empezar a meterlos presos, a los otros, pero, no menciona a su banda de la criptoestafa.
Se ríe otra vez del Nunca Más, reivindica la vieja lucha de la mafia de Clarín y de La Nación. El curro de los derechos humanos que mencionaba Macri. Macri que ahora se da cuenta de que "era por acá", y lo escucha que Milei se ríe de las almas nobles y se alivia. No es conmigo, entonces, piensa.
Es que Milei no se dirige a nadie que tenga honradez intelectual. Sabe que la cuestión es química, y que le ha ido bien con ser "eso" que es. ¿Para qué cambiar? Su discurso en La Plata, tuvo el vértigo de la idiotez humana, la violencia del sistema para el que trabaja en su más alta expresión. No puede prometer una mejor calidad de vida. Así que la pisotea con los zapatos del establishment que lo parió.