Al escenario de recesión que no da tregua y niveles de consumo por el suelo se le sumó un factor externo que se agravó en los últimos meses: el aluvión importador a precio dumping pone en jaque a las empresas argentinas que, con un bajo uso de capacidad instalada, no tienen a quién vender lo poco que producen.

Se trata del "efecto Shein", que sacude a una economía ya de por sí golpeada por el desplome del consumo, que no encuentra piso. 

El vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Salvador Femenía, afirmó que "hay una gran presión de las plataformas chinas" en el mercado interno. 

“Hace más de tres años que la industria pyme no logra superar el 60 por ciento de uso de capacidad instalada. Queda un 40 por ciento de capacidad”, indicó el portavoz de CAME en diálogo con la 750.

Y añadió: “El recorrido ha sido discreto en los últimos años, en consonancia con lo que pasa en el país, con lo que pasa en el consumo. El consumo interno justifica el 70 por ciento de lo que se produce a nivel pyme. No son tantas las pymes que exportan”.

En este contexto, parte de lo poco que se vende termina volcándose a productos importados por debajo del costo y el valor productivo: “Yo creo que más que un cambio de hábito, cultural, acá hay una gran presión de las plataformas chinas”.

Hoy Temu y Shein hacen una presión muy grande. Está ocurriendo lo mismo en Brasil. Es la consecuencia de que vienen demasiado barato porque en Estados Unidos no pueden vender más por el tema de aranceles”, sostuvo.

Tras lo que sumó: “Si alguien importa en esas condiciones sería dumping. La gente, más allá de la calidad, la conclusión que uno saca es que si vos tenés cuatro pibes y le podes comprar ropa por 500 pesos la gente no lo duda”.

“En Argentina la ropa siempre está cara. Siempre está cara. Entonces, cuando hay una apertura o con las plataformas es una tentación”, añadió, lamentándose, en contrapartida.

Finalmente, explicó que los datos del Día de las Infancias fue, en promedio, negativo. “Si bien de los cinco rubros que medimos, cuatro fueron positivos, el negativo fue muy negativo”, explicó.

“Creció marroquinería, indumentaria, juguetería y equipo de audio; pero la librería cayó 15,5 por ciento. Realmente es una mala noticia. Porque el libro dejó de ser una opción. El cambio de libros por electrónica”, aseguró.

Y concluyó: “Hoy un libro tampoco está accesible para cualquiera. Y con accesorios podes hacer un regalito más al alcance de la mano. No sumó nada. No empuja. El día del padre fue malo pero sumó un poquito. En este caso no va a mover el amperímetro”