Nada parece frenar al gobierno israelí en sus planes expansionistas. Mientras el ejército ultima los preparativos para ocupar la ciudad de Gaza, este miércoles 20 de agosto las autoridades israelíes han aprobado un macroproyecto que partirá en dos el territorio palestino con la construcción de 3.400 viviendas y de una carretera que conectará las colonias israelíes con Jerusalén.
El denominado plan E1 prevé levantar 3.410 viviendas en un área de 1.200 hectáreas al este de Jerusalén, con el objetivo de expandir el asentamiento ilegal de Maale Adumim, donde actualmente residen unos 40.000 colonos israelíes. El proyecto no se limita a las viviendas, el gobierno de Benjamin Netanyahu también ha aprobado construir una carretera que uniría directamente este asentamiento con Jerusalén, una vía que fracturaría el territorio palestino si llega a concretarse
Se trata de una "carretera del apartheid", como la han calificado varios grupos de derechos humanos, que sería de uso exclusivo para los colonos israelíes y que rompería geográficamente el territorio palestino dividiendo físicamente el norte y el sur de Cisjordania. Un paso para "enterrar cualquier idea de un Estado palestino", aseguró exultante el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, durante la presentación del proyecto.
Con esta decisión, Israel dificulta aún más la existencia de un Estado palestino funcional. La medida llega en un contexto en el que varias potencias occidentales han reiterado su respaldo a la solución de los dos Estados y han manifestado su disposición a reconocer a Palestina como Estado soberano. Francia, Reino Unido, Canadá, Malta y Australia ya han adelantado que formalizarán ese reconocimiento durante la 80ª sesión de la Asamblea General de la ONU, prevista para septiembre en Nueva York.
"La aprobación de los planes de construcción en E1 sepulta la idea de un Estado palestino y continúa los numerosos pasos que estamos dando sobre el terreno como parte del plan de soberanía de facto que comenzamos a implementar con el establecimiento del gobierno", sintetizó Smotrich, quien justificó la ocupación asegurando que se trata de una "promesa divina".
El plan E1 es un proyecto concebido en la década de 1990 que, hasta ahora, había permanecido bloqueado por la presión de la comunidad internacional. Sin embargo, con el respaldo de Donald Trump y el creciente peso de la extrema derecha sionista en el gobierno, la iniciativa ha sido finalmente aprobada y las obras podrían arrancar a finales de 2025. Ya se ha comenzado a desalojar a poblaciones palestinas en el territorio. "Esto es el sionismo en su máxima expresión: construir, colonizar y reforzar nuestra soberanía en la Tierra de Israel", dijo Smotrich.
Las autoridades israelíes no ocultan su voluntad de "terminar con el Estado palestino mediante acciones, y no eslóganes", asegurando que "cada vivienda israelí construida en Cisjordania representa una declaración de soberanía, y cada barrio refuerza nuestra reivindicación". En total, según el propio ministro de Finanzas, Israel prevé que un millón de colonos se asiente en Cisjordania en los próximos años.
Las ONGs califican de “apartheid” la medida
La Autoridad Palestina, organismo encargado de la gestión de estos territorios de acuerdo con los Acuerdos de Oslo de 1993 y 1995, es incapaz de frenar el proyecto y ha manifestado que "(La medida) consolida la división de Cisjordania en zonas aisladas y cantones desconectados entre sí, convirtiéndolos en algo parecido a auténticas prisiones".
Para la organización israelí Paz Ahora, se trata de una "carretera del apartheid" que crea un sistema vial doble que segrega a israelíes y palestinos, obligando a estos últimos a tomar rutas alternativas que multiplican el tiempo de los desplazamientos. La organización considera que el plan E1 "está saboteando cualquier posibilidad de solución política y arrastrando tanto a israelíes como a palestinos a un ciclo interminable de conflictos".
En lo que va de año, Israel ha acelerado la expansión de sus asentamientos ilegales. En total el gobierno ha aprobado, o se encuentra en trámite de hacerlo, 24.338 viviendas en distintos puntos de la geografía palestina. Una política que para Paz Ahora busca "impedir una solución de dos Estados".
La ONG israelí Ir Amin apunta en la misma dirección y considera la medida "una anexión de facto" del territorio palestino. A su juicio, el macroproyecto "refleja una estrategia israelí de apartheid mediante la anexión de tierras y la eliminación de cualquier posibilidad de un Estado palestino". Lo que provocará "el desplazamiento de miles de palestinos" y la "imposición de una realidad económica y social insostenible, que aumentaría aún más el riesgo de violencia y la escalada de tensiones".
La empresa española CAF conecta Jerusalén con las colonias israelíes
Más allá de la carretera, el desbloqueo del plan E1 ha revivido la pretensión de conectar mediante tren ligero la colonia de Maale Adumim con Jerusalén. Esta vieja reivindicación fue aprobada por el gobierno israelí en 2016 pero quedó congelada por el contexto internacional.
Ahora, los sectores más extremistas del sionismo han vuelto a revivir la idea. Algo que de concretarse pondría en el foco a la empresa vasca CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles SA), que es parte del consorcio empresarial encargado de mantener y ampliar la Línea Roja del Metro Ligero de Jerusalén, así como de construir una nueva Línea Verde que conecte la ciudad con varios asentamientos ilegales. De hecho, el primer diseño que contemplaba la conexión ferroviaria de Maale Adumim con Jerusalén ponía como ejemplo la Línea Verde en la que CAF trabaja.
La empresa CAF aparece señalada en el informe De la economía de la ocupación a la economía del genocidio, presentado el pasado mes de julio por la relatora especial de Naciones Unidas, Francesca Albanese. El documento señala que esta infraestructura es parte fundamental del plan de colonización israelí en Palestina.