Juan Carlos Cambas, pianista argentino radicado en Galicia, se dio el gran gusto: publicar su obra cumbre en la tierra que lo vio nacer. Almas en el viento –así se llama– ya había visto la luz en la península ibérica hace exactamente diez años, y su gran atractivo radica en que trece de las dieciséis piezas que la pueblan son compartidas con un elenco nada despreciable: Mercedes Sosa, Raúl Carnota, Domingo Cura, Jaime Torres y Suma Paz, entre varios más. “Pensaba editarlo acá, pero me tuve que ir por la crisis del 2001 y, si bien pude publicarlo en Europa en 2007, siempre me quedó la espina de que saliera acá, porque es un disco hecho en y pensado para la Argentina, además de ser de catálogo”, introduce Cambas, cuya última visita al país fue como pianista estable de la cantora portuguesa Dulce Pontes. “Digo que es un disco de catálogo porque es atemporal, porque tiene temas como ‘Pampa escondida’ de Suma Paz –y con ella– que no había sido grabado nunca, y porque tiene mucha historia concentrada en él”, sigue el músico, posado en la flamante edición del trabajo que, esta vez, incluye su correlato en DVD.  

Lo de historia concentrada va de suyo. Cambas no sólo tuvo el privilegio de estrenar un tema de y con Suma Paz, sino también de recrear “La aclaradora”, chacarera trunca de Raúl Carnota, junto a Domingo Cura; la cueca boliviana “Taquiña”, acompañado por uno de sus autores (Jaime Torres) y el grupo Cosecha de Agosto; “Güemes, el guerrillero del norte”, del tándem Ramírez–Luna, abrillantado por la voz de la Negra Sosa; y “Pecado de juventud” (gato trunco de Carnota) con su autor y Abel Pintos. “Cuando grabé estos temas, hace casi veinte años, aún estaba encontrando mi personalidad como pianista. Además, me interesaba conocer a los artistas. A Mercedes, por ejemplo, la seguí durante treinta conciertos que dio en el país, además de ir a su casa. También me hice muy amigo de Suma, de Eduardo Lagos, de Carnota, que son todos referentes míos. La verdad es que pensé que no iba a poder grabar con todos ellos, era utópico, y sin embargo pasó”, señala Cambas, que le puso al disco Almas en el viento pensando en “La flecha”, poema de Yupanqui. 

“‘Llenen mi boca de arena, si quieren callar mi voz. De nada sirve la pena, la flecha vuela en el aire, para llenarse de sol’”, narra el pianista, y explica: “Cuando hace algo uno no sabe dónde va a caer esa flecha, o si va a seguir volando. Se me ocurrió que la de ‘almas en el viento’ era una buena idea porque íbamos todos volando, como la flecha de Yupanqui, hacia un destino que no sabíamos cuál iba a ser. En mi caso, fue que no solo me abrió muchas puertas en Europa, sino que también me llevó a tocar con Pontes. Sucedió que le regalé este disco, lo escuchó y ella misma me llamó”, revela el músico que grabó su primer disco (Solo luz), en 1997.

–Más allá de lo estrictamente musical, el trabajo le debe tocar fibras emocionales muy íntimas porque varios de los invitados ya no están: Oscar Alem, Carnota, Mercedes, Suma, Cura...

–Hay muchísimas historias y cada vez que recuerdo alguna me pongo a llorar, sí. Siempre digo que cada tema es como un disco, porque cada historia no solo me ha hecho crecer como músico sino también como persona. Las historias de Suma, de Mercedes, en fin... 

–¿Cuál es la primera que le baja, en ese tren de reminiscencias?

–La de Suma Paz, porque ella era una universitaria y una vez se encontró con que Atahualpa fue a tocar a su pueblo, alguien los presentó, y él le pidió que le escribiera cartas contándole sus sueños. Yo he leído esas cartas y sus respuestas, que eran como sentencias. Personalmente me enseñaron mucho esas cartas de Yupanqui, porque había cosas que yo hacía muy mal.

–¿Qué cosas hacía muy mal?

–Confundir los referentes, por ejemplo. Me sirvió mucho esa sentencia que dice ‘el que mucho deslumbra poco alumbra’. Me ayudó a centrarme y saber cuáles eran los referentes verdaderos.

–Volviendo al ámbito musical, ¿cuál es la pieza que más lo alumbró del disco?

–Creo que “Tardes de agosto”, la que hice con Jairo. Es un vals peruano que yo torné vidala y provoqué que Lucho González, su compositor, se enojara (risas), pero a mí me sonaba a una vidala. 

Cambas vive en la península hace quince años. Durante ese largo devenir organizó en 2010 el primer Festival de Cosquín en Galicia, donde tocaron Jaime Torres, el trío Aymama y Paola Bernal. También llevó, en otros momentos, a Raúl Carnota y León Gieco. “Ahora estoy grabando un disco con músicos de Argentina, España y Portugal”, informa. “Y ya grabé con referentes como Gieco o el mismo Silvio Rodríguez... no sé, nunca me pongo límites y eso me ha llevado a grabar con gente de muy diversas extracciones. Ahora me quiero mandar a registrar algo con músicos de todo el mundo. Estoy aprovechando las giras que hago con Pontes para conocer gente y compartir. No sé, a través de ella llegué a acompañar a Serrat, por ejemplo”, evoca.

–¿Cómo fue esa experiencia?

–Qué decir... ¡me temblaban los dedos! Enorme, Serrat. Enorme.