En un escenario de retracción del consumo, caída de visitantes y pérdida de competitividad frente a destinos internacionales, el gobierno de la provincia de Buenos Aires lanzó el Programa de Mejora Continua del Turismo Bonaerense. La iniciativa, que quedó formalizada mediante la Resolución 340/25 del Ministerio de Producción, busca reforzar el desarrollo del sector turístico a partir de herramientas estadísticas, articulación con universidades y generación de políticas públicas basadas en evidencia concreta, según informaron.
La medida llega en un momento delicado para el turismo interno que viene padeciendo los embates de las políticas del gobierno nacional de Javier Milei. Desde mediados de 2024, informes dados a conocer por la CAME y el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, vienen mostrando una fuerte merma en los niveles de ocupación en destinos como Mar del Plata y otras ciudades costeras que viven del turismo. Las condiciones macroeconómicas con salarios retrasados, un dólar estancado y aumentos de tarifas afectaron la demanda turística, en especial en las últimas temporadas altas de vacaciones de invierno y verano.
La apuesta del Ejecutivo bonaerense apunta a fortalecer las capacidades locales para medir, interpretar y actuar sobre la actividad turística. “Este programa lo que nos permite justamente es hacer acciones focalizadas acorde a los resultados que vamos relevando del territorio. Van a ser herramientas específicamente pensadas para los municipios, que son los primeros destinatarios de las políticas”, explicó la subsecretaria de Turismo bonaerense, Soledad Martínez, en diálogo con Buenos Aires/12.
El objetivo central, según la Resolución publicada en el Boletín Oficial, es “impulsar el desarrollo turístico bonaerense de manera integral y sostenible”, promoviendo tanto la profesionalización como la mejora continua y la toma de decisiones basadas en datos verificables.
Uno de los principales cambios que introduce el programa es la posibilidad de generar indicadores propios de mayor precisión que permitan a la Provincia dejar de depender de fuentes externas como la CAME o de entidades como los colegios de martilleros.
“Nosotros hace ya bastante tiempo que tenemos, en principio, los datos que nos proporcionan las autopistas de la Provincia de Buenos Aires, Aubasa, que son vinculadas a las carreteras que nos vinculan con la costa atlántica. Y después, por otro lado, el indicador que estamos desarrollando en conjunto con el Banco Provincia tiene que ver con el gasto específicamente sobre el turismo”, detalló la funcionaria.
Estos datos, recabados a partir del consumo con tarjetas y medios electrónicos, permitirán construir un panorama más específico y localizado de los movimientos turísticos y su impacto económico en las economías regionales. Martínez fue crítica respecto a la fiabilidad de las estadísticas actuales: “En el caso de la provincia de Buenos Aires se vuelve aún mayor la incógnita, porque hace tiempo que la cámara de turismo provincial está completamente desarticulada”.
Más allá del diseño macro, el gobierno bonaerense espera que el programa tenga efectos concretos en el tejido económico que sostiene al turismo provincial como emprendedores, cooperativas, hoteles familiares, restaurantes y pequeños prestadores que dependen del flujo turístico para subsistir.
El acceso a estadísticas desagregadas permitirá definir acciones diferenciadas según tipo de destino, temporada y público objetivo. Así, destinos emergentes y consolidados podrán trazar estrategias adaptadas a sus características. “Nos propusimos generar herramientas que nos permitan dirigir nuestras políticas hacia los destinos emergentes y también a los consolidados, pensar qué estrategias nos conviene desarrollar para que sigan creciendo”, señaló la subsecretaria.
El aporte universitario y el enfoque técnico
El programa también contempla la firma de acuerdos de cooperación con universidades, tanto públicas como privadas, que cuenten con carreras afines a la actividad turística. El propósito es consolidar una red técnica que garantice la calidad metodológica de las estadísticas y el procesamiento de los datos a lo largo del tiempo.
“Las universidades se vuelven una parte fundamental de este programa debido, por un lado, a la experiencia y al conocimiento que tienen los distintos profesores y académicos que componen cada universidad, pero también a partir de los estudiantes”, explicó Martínez. En un territorio extenso como el bonaerense, el anclaje territorial de estas instituciones resulta clave: “Si pensáramos abarcarlo solamente desde la ciudad de La Plata sería inabarcable”.
Medición del impacto económico en eventos
Otro de los aspectos en los que el programa ya comenzó a trabajar es la medición del impacto económico de fiestas populares y eventos culturales. Esto permitirá cuantificar los beneficios que estas actividades generan para las economías locales y, a partir de esos datos, decidir futuras inversiones en infraestructura, promoción o logística.
“El último verano ya estuvimos trabajando con Big Data proporcionada por una de las empresas de telefonía más grandes que tienen asiento en nuestro país y esperamos hacer lo mismo durante el verano que se nos viene”, anticipó Martínez.
La tecnología aplicada a la recolección de datos también jugará un papel protagónico. La Provincia comenzó a trabajar con información de geolocalización de dispositivos móviles para identificar procedencias, estadías promedio y perfiles socioeconómicos de los turistas.
“Eso nos da una referencia de dónde vienen nuestros turistas, cuántos días se quedan, estimaciones de estadía, y también nos aporta información sobre el nivel socioeconómico”, explicó la funcionaria. Esa información, analizada en conjunto, permitió detectar qué provincias redujeron su afluencia de visitantes a Buenos Aires este verano. A partir de allí, se diseñaron políticas promocionales focalizadas para intentar recuperar esos mercados.
“El verano pasado se vio afectado directamente por este dólar planchado y el atraso en los salarios, hizo que la provincia de Buenos Aires haya perdido competitividad. Nos volvimos menos competitivos con los países vecinos que tienen los mismos productos que nosotros: Brasil, Uruguay, Chile”, recordó Martínez.