En el comunicado de prensa de su nuevo disco, Saint Etienne incluyó una posdata: será el último que haga. Y es que la banda decidió dar por terminados sus 35 años de historia. Es por eso que, cuando la cantante Sarah Cracknell aparece al otro lado del zoom, la pregunta latirá insistentemente a lo largo de la entrevista. No deja de ser increíble que este trío precursor del indie dance, al que hoy le cuelga la chapa de leyenda, se despida no sólo de los escenarios, sino también del hecho musical sin haber actuado en la Argentina y en una de sus épocas más productivas. En los últimos cuatro años, el trío inglés puso a circular tres álbumes de estudio, que tienen en International, el de data más reciente, a uno de sus trabajos más excelsos, a la par de Tiger Bay (1994) y de Tales from Turnpike House (2005).
“Sentimos que habíamos logrado lo que queríamos, dijimos lo que quisimos decir y los tres deseamos terminar con un buen resultado. No teníamos ganas de parecernos a esas bandas que hacen discos por hacerlo”, despacha la frontwoman. “Creo que International es uno de nuestros mejores álbumes, es muy pop y muy bailable. Lo mejor de todo es que también es divertido”. A pesar de que se trata de su decimotercer LP, por lo que podían haber hecho uno más para zafar de la cábala, ella asegura que no es supersticiosa. “Nunca fuimos la banda más afortunada del mundo. Siempre nos esforzamos mucho y trabajamos muy duro, y sin embargo eso no bastó para llegar a estar en el lugar justo ni en el momento indicado. Hay que parar y dar espacio a las bandas jóvenes”.
Cracknell reconoce que no recuerda a ciencia cierta cuánto tiempo les llevó masticar la decisión, por más que en su biografía, How We Used Saint Etienne to Live (2022), dejaban asomar la posibilidad. Pero no olvida el momento en que se materializó. “Fue durante el estreno del primer single del disco, ‘Glad’, en la BBC 6”, dice. “Sé que nuestros fans están tristes pero el disco lo compensa”. De todos modos, la banda tiene previsto dar algunos recitales en 2026, así como consumar algunas colaboraciones más. “Nos gusta prestarnos a bandas sonoras y cosas así”, asienta. “La verdad es que no sé qué va a pasar después de esto. Aún estoy en piloto automático: pienso en el resto de este año y en el que viene. Intentaremos dar una gran fiesta de despedida. No sé qué haré después, lo que, a diferencia de lo que piensan los demás, me entusiasma”.
Conformado por 12 temas, International vio la luz nueve meses después de la publicación del anterior álbum del grupo, The Night. “Esto es completamente nuevo, acá no hay canciones que hayan sobrado del otro disco”, aclara la vocalista. “Como lo explica su título, The Night es suave, para cuando te estás preparando para ir a dormir y sólo querés escuchar algo tranquilo, mientras que International es festivo”. Esta intención pudo llegar a buen puerto porque Saint Etienne convocó a colaboradores ilustres, como Tom Rowlands (The Chemical Brothers), quien coprodujo el tema “Glad”. Por su parte, Paul Hartnoll (Orbital) también cumplió el rol de coproductor en “Take Me to The Pilot”, Vince Clark (Erasure) hizo la programación en “Two Lovers”; y Erol Alkan tocó teclados y coprodujo “Sweet Melodies”.
Grabado en la ciudad de Brighton bajo la producción de su coterráneo Tim Powell (Kylie Minogue, Pet Shop Boys), International, según cuenta Cracknell, se hizo rápido debido a que los temas los tenían previamente cocinados. Aunque ella enfatiza: “Fue valioso lo que hizo Tim porque supo interpretar nuestras ideas y porque no somos los mejores músicos del mundo, así que él tocó muchas cosas que nosotros no podemos”. A partir de la sugerencia a la que invita este desenlace, el título del álbum pareciera alzarse como una especie de manifiesto. “La idea fue de Bob (Stanley, tecladista del grupo), quien es muy bueno con los títulos”, afirma. “Y sí, creo que es un manifiesto. El disco tiene un toque internacional, es lo que hacemos desde el principio. Mezcla todo lo que hicimos antes”.
En lo que sí tomó distancia este repertorio de sus antecesores fue en la narrativa de sus canciones. “Es bastante diferente”, sentencia quien tiene dos álbumes como solista: Lipslide (2000) y Red Kite (2015). “Los anteriores discos parecieran tener una temática muy fuerte, pero en este caso la siento un poco más dispersa. Hay canciones pop con historias muy animadas, mientras que otras son bastante oscuras. Al final, nuestro deseo era simplemente hacer de este cierre algo más divertido”. No obstante, “Glad” es el tema que mejor sintetiza el sentimiento de este disco. “Una de las emociones que más usamos a lo largo de todos estos años es la melancolía y esta vez me parece que está muy presente. De hecho, más allá de lo bailable, no deja de ser una canción sentimental. Es la que mejor recrea lo que está por venir”.
Si algo supo hacer con cintura Saint Etienne a lo largo de estas décadas fue sortear las tendencias. “Sobrevivimos a las modas porque nunca encajamos del todo en el molde. Hasta intentaron hacernos pasar por fans del britpop”, evoca la cantante. “También pasamos por el folk y tenemos un disco acústico grabado en Suecia (Good Humor, 1998). Para transmitir nuestras canciones no nos estancamos en ningún estilo”. Pese a su camaleonismo, el grupo nunca dejó de lado su amor por el baile. “Somos los pioneros del indie dance, por más arrogante que suene. La realidad es que ya no salgo a bailar porque llevo un estilo de vida tranquilo y porque vivo en el campo, pero me gusta el espíritu de esta época. Hay mucha música buena ahora mismo, mucho drum and bass y muchos artistas geniales como PinkPantheres”.
Si bien aún les queda trayecto antes de bajar la persiana, los integrantes de la banda inglesa ya tienen algunos planes en la mira para cuando llegue el momento. “Creo que Pete (Wiggs, el tecladista y DJ del tridente) se dedicará a hacer bandas de sonido para películas. Ya hizo algunas y quiere hacer más”, adelanta. “Bob escribirá más (aparte de músico, es periodista). Está escribiendo un libro de deportes, otro sobre The Beatles y otros dos más de música. Y en mi caso, como dije antes, no tengo claro lo que haré. Un editor me contactó porque quiere hacer mis memorias, una biografía, y va a trabajar en eso conmigo”. Frente a la posibilidad de que en un futuro hagan lo mismo que los artistas que deciden volver gira mediante, Cracknell es tajante: “Si decimos algo, es en serio. Éste es nuestro último disco”.