La Justicia consideró hace poco menos de una semana que el genocida Miguel Etchecolatz está demasiado viejo y enfermo para seguir cumpliendo sus múltiples condenas por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza y le permitió regresar a su casa de Mar Del Plata. Sin embargo, el beneficio no significa que los días de uno de los represores más sanguinarios que tuvo la Bonaerense durante la última dictadura cívico militar en el barrio Bosque Peralta Ramos vayan a ser pacíficos. Tras el multitudinario repudio que mereció la decisión de parte del movimiento de derechos humanos, campañas de escrache vía redes sociales y presencial en la puerta de la casa donde ya reposa el ex policía, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, la Comisión Provincial por la Memoria y el centro cultural El Faro, entre otras agrupaciones sociales y políticas, preparan una movilización para el próximo sábado que culminará en el epicentro del turismo costero: los lobos marinos de cemento y el casino de Mar del Plata. “Hay un verdadero asesino en Mar del Plata y todos tienen que saberlo”, anunció Carmen Ledda Barreiro, Abuela de Plaza de Mayo local. 

Las ramas marplatenses de los organismos de derechos humanos definieron “la primera de varias” movilizaciones con las que recorrerán las calles de la ciudad “en plena temporada” para repudiar la llegada del ex comisario emblema del plan sistemático de tortura y exterminio durante el terrorismo de Estado. El próximo sábado 6 de enero, acompañados de agrupaciones sociales, políticas y gremiales locales y de otros puntos del país –la CTA y el Suteba comprometieron su presencia– marcharán desde los tribunales federales marplatenses hasta la rambla de la costa. 

“Atravesaremos la ciudad desde el epicentro de la Justicia, la responsable máxima de que este monstruo esté en su casa y no en una cárcel”, apuntó Barreiro, que busca a su hija Silvia y a un nieto y que sabe a qué se refiere cuando define como “infierno” los universos de los que Etchecolatz fue mandamás ya que ella misma y su marido han pasado por allí. 

La movilización comenzará a las 18. Mientras avancen, los manifestantes dejarán pegados en el sendero que recorrerán “carteles con frases que sean representativas de los crímenes que cometió Etchecolatz y que sean simples, para que les queden grabadas a la gente que las lea”. Ledda pensó en algunos ejemplos. 21 centros clandestinos, robo de bebés, La Noche de los Lápices “y su cara, por supuesto. Esa cara es emblemática”.

Entre las voces que se alzaron en repudio de la presencia del comisario en Mar del Plata figura la de Emilce Moler, una de las sobrevivientes del mítico secuestro de estudiantes secundarios de La Plata y uno de los tantos hechos por los que Etchecolatz fue condenado. Moler, cuya vida continuó en Mar del Plata tras el calvario del terrorismo de Estado, consideró un “retroceso grave” la domiciliaria, y estimó que el delito se perpetúa con el silencio del represor sobre el destino final de sus víctimas.

“Etchecolatz hoy con su silencio sigue cometiendo delitos. Lo hace ahora mismo al no decir cuál fue el destino final de los desaparecidos”, afirmó Moler en FM La Patriada. Por ello, aseguró que “es inadmisible cualquier perdón”. Y remarcó que “ahora está en Mar del Plata, donde tengo a mis hijos y mis nietos, es revulsivo que convivan con él”. En esa línea recordó que “mi hija mayor me vio luchar para que no estén sueltos y ahora se da la ironía de que viva cerca de un genocida. Esto tendría que ser una herida social, no personal”.