Es una tarea tan compleja como atractiva la que se propuso Fernando Varea para la realización de La televisión argentina: Memoria y balance (2025): un recorrido por la historia de la televisión argentina, con material extraído de la web. 177 minutos, en donde Varea selecciona y repasa algunos de los muchos momentos e hitos de un medio cuya historia no ha sido abordada con rigurosidad por el cine o la propia televisión. La proyección será este domingo a las 20 en Cine Lumière (Vélez Sarsfield 1027), con entrada gratuita. “Hacer este trabajo fue por gusto, por puro gusto, y porque nadie lo hacía”, comenta Fernando Varea a Rosario/12.

“Por supuesto que en Internet, en YouTube, hay mucho material, pero no está en las mejores condiciones; sobre todo el de la primera época de la televisión, la del blanco y negro. Y hay cosas de las que no quedó nada, creo que en ninguna parte. Por ejemplo, nombre dos: un programa de ficción, que apenas recuerdo, porque yo era chico; se llamaba Cosa Juzgada, del grupo de teatro del “Clan Stivel”, nada hay de eso, en ninguna parte. También sucede lo mismo con los cómicos uruguayos -Ricardo Espalter, Eduardo D’Angelo, Enrique Almada y otros-, que estuvieron en distintas épocas; pero de sus primeros programas no hay nada”, continúa.

-Entiendo que consultar Internet da cuenta del problema mismo que significa el archivo audiovisual; en este caso, el televisivo.

-Alguien me sugirió presentarme a un concurso, para buscar mejor material, sin las marcas de agua y las imperfecciones; porque hay cosas que están subidas por coleccionistas, por gente que lo grabó en VHS. Pero si hacía eso, iba a demorar diez años en hacerlo, y a lo mejor no lo hacía nunca, porque cada uno de esos materiales implica una búsqueda particular, con el coleccionista que lo tiene guardado o con el canal. Lo que implica toda una cantidad de cosas que van más allá del dinero. Preferí hacerlo como un hobby, y así fue, por puro gusto. El único inconveniente fue reducirlo en duración, porque había reunido mucho material y tuve que empezar a recortar. Cuando vi que tenía una duración que podía servir para ser proyectada, no reduje más.

-Estamos hablando de un documental de 177 minutos.

-En ese sentido, hubo algo que me tranquilizó. Yo lo quería proyectar, ver y disfrutar del trabajo realizado con el público, para ver qué pasa, cómo reacciona la gente. Entonces, empecé a buscar personas que pudieran estar interesadas, sabiendo qué tipo de material era, pero pocos se entusiasmaron. Una de las conclusiones a las que podría decir que llegué, es que la historia de la televisión argentina le interesa a muy poca gente, por no decir a nadie. Uno de los que se mostró interesado y me pidió verlo, fue Eduardo Russo, y me hizo una devolución que me tranquilizó; ahí me dije: “Bueno, esto que hice tiene su valor”. También hay otra cuestión, y que ya no depende de las opiniones de los demás; cuando empecé a hacer este trabajo, unos dos años atrás, la televisión ya había dejado de ser lo que fue. Hablo, por supuesto, de la televisión de aire; se ve poca televisión, no hay ficciones, se fueron todas para las plataformas, donde ofrecen buen dinero, y eso lamentablemente también está pasando con el cine. Tampoco hay buenos programas, que sean creativos, ni periodísticos ni infantiles, nada; cuando de eso ha habido durante décadas. Además, todo esto también coincidió con la amenaza de que la TV pública se iba a cerrar o no se le iba a poner plata. Tuve una cantidad de cosas donde dije: “Bueno, esto puede tener el valor de recordar la televisión que tuvimos durante unos 60 años, más o menos”. En ese sentido, y más allá de lo que digan los demás, creo que tiene su valor.

-¿Qué forma le fuiste dando a este recorrido?

-Es cronológico, pero no agregué nada, no quería manipularlo, no aparece mi voz ni la de nadie, quise que fuera solamente material de la televisión, así como estaba. Obviamente está editado, y en una edición está la mirada y la opinión de uno; es decir, ¿por qué le dedico cinco minutos a un programa y a lo mejor 10 segundos a otro? Pero nada más que eso. Es cronológico porque empieza con La Familia Falcón y termina más o menos a fines de 2023 o principios de 2024. En algún momento se me ocurrió agregar pedacitos de la asunción de los presidentes, para orientar en el recorrido cronológico; y también se me ocurrió agregar algo ligeramente gracioso, con apariciones de Mirtha Legrand, porque ella estuvo con todos los presidentes; cada vez que asumió uno, ella lo entrevistó. De sus primeros almuerzos, cuando el programa se llamaba Almorzando con las estrellas, no quedan más que fotos.

-¿Apareció algo curioso en la investigación?

-Hay un programa que ni siquiera sé si lo pasaron en la televisión en Rosario, una especie de falso documental que se hizo en los años ’80, se llamó La era del ñandú, lo dirigió Carlos Sorín, con guion de Alan Pauls. No lo había visto nunca, y en los libros de Jorge Nielsen -investigador de la televisión argentina- y en otras referencias, aparecía destacado como un programa muy original. Me parece que dentro de la historia de televisión hay muchos hallazgos de ese tipo, ingeniosos, y algunos que han sido muy populares, como Pepe Biondi, que era buenísimo.