Las situaciones de crisis son un caldo de cultivo propicio para la emergencia de sujetos mesiánicos que se autoproclaman como salvadores. La novela de Eduardo Sacheri La noche de la usina llevada al cine como película como La odisea de los giles es un claro ejemplo de esto.

Cómo un hábil timador gesta una estafa entre personas desesperadas por zafar de la ruina económica. Paradójicamente, una de las novelas del reciente galardonado con el Premio Nobel de Literatura, el escritor de origen húngaro László krasznohorkai, titulada Tango satánico tiene un argumento similar, un turbio personaje aparece luego de la implosión del régimen pro ruso prometiendo la salvación y ese camino no será otra cosa que un laberinto de perdición individualista.

El autor, respecto de la situación pasada y presente de Hungría, dice explícitamente que es insoportable, es claro que no comulgaba con la tecnoburocracia y tampoco con el régimen actual.

Ha explicado sus coartadas artísticas y estéticas para engañar a los censores y son reconocibles en su escritura las influencias del checo Franz Kafka, el irlandés Samuel Beckett y del austríaco Thomas Bernhard. Por supuesto que su estilo y su poética son muy singulares como lo reconoció en su momento Susan Sontag.

Vale tomar en cuenta el alerta de László Krasnahorkai.

Nadie se salva solo y en esta época apocalíptica, es decir de múltiples revelaciones, evocamos una vez más los versos de José Agustín Goytisolo: "Tu futuro está en los demás, tu destino es tu propia vida, tu dignidad es la de todos".

Carlos A. Solero