La nota distintiva del ciclo electoral 2025, ese que comenzó allá por el lejano abril con las convencionales de Santa Fe, fue la caída de la participación electoral. Una importante. Una más fuerte a la que estamos acostumbrados desde 1983 hasta la fecha. Este fenómeno encierra dos puntos importantes que vale la pena resaltar.
El primero es que la concurrencia a las urnas ha ido decreciendo a lo largo de la historia argentina reciente. Esto no es una novedad. En la década del ’80 votó una porción del electorado mayor que en la del ’90. De la misma manera ocurrió entre ésta última y la iniciada en el 2000. Bajo este prisma, 2025 no debería ser noticia.
Pero acá aparece el segundo punto: la caída de este año es mayor al promedio de participación que deberíamos tener en la década del 2020. Según la evolución histórica por décadas, deberíamos rondar el 70 por ciento de asistencia en cada jornada electoral. Tomando en cuenta las 10 elecciones provinciales adelantadas de las legislativas nacionales de mitad de mandato, el promedio da 59,49 por ciento de participación electoral. La de menor asistencia fue la legislativa de Chaco con 52,20 por ciento. La de mayor concurrencia fue la general de Corrientes con 70,77 por ciento. En pocas palabras, este año estamos unos 10 puntos porcentuales por debajo de donde deberíamos estar.
En este contexto y frente al inicio de la jornada electoral que se abre en unas horas, surgen tres preguntas. ¿Qué explica el cambio de este año?, ¿Qué puede ocurrir hoy?, Y la madre de todas ellas: ¿A quién beneficia una caída o un alza respecto del patrón general de este año electoral: al peronismo o a La Libertad Avanza?
Acá van tres intentos de respuesta.
Bancas que no son sillones
Los datos desarrollados anteriormente son parte de una base construída por el Centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD) para analizar en profundidad los patrones de participación electoral en elecciones nacionales, provinciales, ejecutivas y legislativas desde le retorno a la democracia hasta la fecha. Justamente estas últimas dos categorías explican algo sobre lo sucedido en este 2025.
Si tomamos en cuenta el promedio por década y comparamos la participación entre elecciones legislativas versus las que son ejecutivas existen diferencias. En la década del ’80 votó casi 1 punto porcentual menos para renovaciones de poderes legislativas que para cargos ejecutivos. Esa diferencia se estiró a casi 2 puntos y medio en los ’90, y a un valor cercano en el 2000. A partir del 2011, la única década donde la concurrencia a las urnas subió y no bajó, la distancia volvió a ser más corta e imperceptible.
Pero la década actual, y sobre todo este 2025, la cosa cambió bastante. La diferencia entre tipos de elecciones muestra una distancia de más de 6 puntos porcentuales, con un promedio para ejecutivas por encima del 70 por ciento de promedio en este período y un promedio por debajo de ese valor para las legislativas. Las bancas no parecen sillones. Así lo entiende la ciudadanía.
¿Qué puede pasar hoy?
Es una pregunta que no tiene respuesta sólida, pero que sí es una novedad para los estudios de opinión pública que abundaron durante todo el año. Una pregunta que no estaba en los planes de ningún encuestador: en las próximas elecciones, ¿Qué tan probable es que vayas a votar?
La respuesta fue variando a lo largo de los meses. Durante el primer semestre de este año, para distintas elecciones provinciales y también monitoreando las elecciones legislativas nacionales, la proporción de encuestas que afirmaba con seguridad salir de su casa el domingo indicado rondó el 50 por ciento. Ahí se quedó hasta fines de julio. Con el calor de octubre cerca, a partir de agosto empezó a subir de a poquito, suave, suavecito. Hoy domingo quienes afirman con certeza su intención de ir a votar están cerca del 60 por ciento. El compromiso cívico, en alza.
La clave, acá, es ver qué pasa con los que dicen que “probablemente concurran a votar”. Ese porcentaje estuvo durante todo el año bastante estable, entre el 15 por ciento y el 20 por ciento de los consultados. Lo cual, si los sumamos al 60 por ciento actual, daría un rango de participación posible que se encuentre entre el 75 y el 80 por ciento. Valores alfonsinistas. Algo exagerado para el día de hoy y poco probable que ocurra.
Pero lo que sí es posible que suceda el día de hoy es un piso de participación que fue el techo de las elecciones legislativas provinciales adelantadas que ya se celebraron: 60 por ciento. La concurrencia final puede estirarse hasta 65 por ciento (un escenario esperable y aceptable) o aún llegar hasta el 70, en un escenario muy positivo pero más difícil de lograr.
La apuesta es: un valor que se ubique entre medio del piso y del techo.
¿Quién se beneficia?
La segunda gran pregunta puede ser la que defina esta elección a nivel nacional agregado. Los mismos estudios de opinión pública que dan esos valores coinciden en algo. Quienes afirman que con seguridad irán a votar se inclinan mayormente hoy por las listas de Fuerza Patria, del peronismo en su unidad. En cambio, quienes indican que muy probablemente concurran a votar tienden a privilegiar las listas del gobierno nacional y de La Libertad Avanza. Esta distribución se repite con valores bastante similares en los principales distritos del país, donde se juega la elección.
Acá, entonces, surge el dato determinante de esta elección. Si la participación electoral gira en torno al 60 por ciento, habrá una escenario de ventaja para el peronismo dada la seguridad de concurrir a las urnas que demuestran sus propios votantes. En cambio, si crece y supera el 65 por ciento, La Libertad Avanza empareja la cancha con los votantes probables, los que dudan hasta último minuto si ir o quedarse. En este escenario, el gobierno nacional podría correr con cierta ventaja y hasta ganar la elección a nivel nacional agregado.
Pero aventurar esta apuesta sería irresponsable. Esta vez, el dato más importante puede no estar en los resultados finales, sino en cuántos se quedaron afuera de la foto. La abstención, más que un número, puede convertirse en la verdadera protagonista de la jornada. Cómo evolucione ese número dependerá del resto de la década. Y del sistema político en su conjunto.
* @facucruz Politólogo, consultor y analista político.



