Los resultados de la elección del último domingo propinaron un duro golpe al peronismo bonaerense. ¿Por qué? Posiblemente, por la expectativa. La realidad es que sacó más votos que en 2021 o 2017 y metió más diputados de los que ponía en juego. Encima sostuvo, prácticamente, la misma cantidad de votos que el pasado 7 de septiembre. Sin embargo, este último resultado abrió la esperanza de un nuevo triunfo que hasta mediados de año nadie imaginaba. Ahora, la derrota es más difícil de digerir.
El peronismo no gana una elección legislativa desde 2005. Luego, toda expresión kirchnerista perdió en esta instancia. En 2009 el propio Néstor Kirchner, en 2013 Martín Insaurralde frente a Sergio Massa, en 2017 la dupla Fernanda Vallejos al frente de Diputados y Cristina Kirchner del Senado cayó ante Cambiemos y, la más cercana, Victoria Tolosa Paz hace cuatro años, que perdió por menos de cien mil votos ante Diego Santilli.
Esa condición cambió el 7 de septiembre, pero fue una elección provincial. Fuerza Patria obtuvo 3.861.488 y le ganó por 14 puntos a La Libertad Avanza. Aunque, ya en octubre, ese número bajó a 3.558.527 y perdió por menos de 50 mil ante el team violeta. De todas formas, fueron 120 mil votos más que en 2021 y más de 170 mil por encima de 2017, tomando las listas de diputados nacionales. Y, si se toma lo que se ponía en juego, arriesgó 15 bancas y obtuvo 16.
La cuestión es que aquella elección que revitalizó al peronismo, sólo puso en disputa los legisladores provinciales y los concejales. La comparativa resulta compleja porque hace casi dos meses no se eligió lo mismo que este domingo, pero el resultado sorprendió, quebró cualquier premonición de los encuestadores e instaló en Fuerza Patria la esperanza de poder meter dos victorias al hilo en la Provincia porque sacó una diferencia superior al millón de votos frente a Milei.
Pero no fue así. Los resultados muestran que votaron 238 mil personas más que en septiembre. Fuerza Patria sacó 303 mil votos menos y LLA 850 mil más. No votaron los 255 mil extranjeros que semanas atrás sí pudieron optar por el peronismo.
Otras opciones peronistas capitalizaron más de 200 mil votos. El radicalismo fue dividido. Entre ambas propuestas no llegaron a los 520 mil votos de las provinciales y dejaron 240 mil en el camino. Por su parte, el surtido de listas opositoras a Kicillof por fuera del mileísmo que volvieron a presentarse, perdieron la mitad de sus votos. Y, como complemento, más de 150 mil votantes liberales no terminaron en las mismas propuestas de septiembre.
Así las cosas, bajo reglas distintas, un nuevo instrumento electoral y con cargos electivos distintos sobre la mesa, el electorado bonaerense mostró cambios respecto de cómo votó en septiembre.
Si las elecciones debían ser concurrentes o desdobladas será un debate difícil de subsanar porque toda conclusión es contrafáctica. Sin un resultado como el del 7 de septiembre, ¿qué chances tenía el peronismo de pensar una victoria en octubre? ¿Cuántas decisiones del gobierno nacional hubiesen sido distintas? ¿Cuál habría sido el impacto del narco escándalo de José Luis Espert sin la victoria peronista que lo precedió?
La victoria de las provinciales posibilitó que Fuerza Patria acrecentase su representatividad en múltiples concejos deliberantes, tanto oficialistas como opositores. A su vez, consolidó la gobernabilidad de Kicillof en la Legislatura, manteniendo mayorías en ambas Cámaras y la chance de crear alianzas con espacios distanciados de Milei. Con los números del domingo, con escasos triunfos en el interior y menor distancia porcentual en el conurbano, el escenario podría haber sido antagónico.
De todas maneras, como se dijo, son elecciones diferentes. La de septiembre fue una contienda más territorial, con los 135 intendentes focalizados en potenciar sus gestiones, apalancados por listas que pudieron definir con total libertad. A los peronistas les fue muy bien, mientras que algunos como Pablo Petrecca en Junín o Javier Martínez en Pergamino, ambos originarios del PRO, padecieron la decisión de no aliarse con LLA y optar por una vereda light.
Este domingo, la batalla se trasladó netamente al concepto de frenar, o no, a Javier Milei. Y, para la otra vereda, a la bandera de Kirchnerismo Nunca Más. La cuestión es que no hubo el mismo volumen de rostros recorriendo y haciendo el puerta a puerta con la boleta en mano ante la chance de, por ejemplo, ingresar al concejo deliberante. Incluso, no había boleta para repartir producto del debut de la Boleta Única en Papel.
Tampoco emergió una alternativa que recopilase de forma contundente la representatividad de quienes no quieren ninguna de las fuerzas dominantes. No hubo un Somos que encolumnara todo el radicalismo, no hubo otra opción para el electorado del PRO, hubo menos división del voto libertario y se acrecentó la dispersión del discurso peronista.
Fuerza Patria redujo su caudal en poco más de 300 mil votos entre ambas contiendas. ¿Se puede pensar en falta de movilización de la estructura de los intendentes? Algunos lo mencionan. Pero con tomar el factor extranjeros se podría subsanar esa diferencia. Fueron 142 mil los votantes extranjeros que acompañaron a a la coalición ganandora del 7 de septiembre que no pudieron hacerlo en esta ocasión porque la ley no los habilita a elegir autoridades nacionales. Sólo quedaría un resto de 160 mil votantes que pudieron optar por otras opciones peronistas.
El verdadero golpazo está en el crecimiento libertario. Desde el 7S a este domingo, el partido de Milei creció más de 850 mil votos, cuando la participación fue de tan sólo 238 mil votantes más. Entonces, ese incremento habla de una migración de electores que semanas atrás eligieron otra opción.
En paralelo, cabe señalar el crecimiento de la izquierda. Entre septiembre y octubre, el FIT creció en casi 83 mil votos, alcanzando los 438.747, logró romper el absolutismo de la polarización y metió dos diputados nacionales en el Congreso. A este número se suman los casi 50 mil votantes que aportó Manuela Castañeiras con el MAS, que semanas atrás no llegó a los 40 mil. ¿Un dato más? Sí. Vale recordar que Política Obrera cosechó más de 45 mil votos en septiembre y no se presentó en octubre.
Para tomar dimensión de los cambios entre las últimas dos elecciones, las principales alianzas que aglutinaron al radicalismo bonaerense no se presentaron este domingo bajo la misma denominación. En septiembre, entre Somos y Hechos, se hicieron con casi 520 mil votos. Ahora, en las elecciones nacionales, la UCR terminó repartida. Por un lado, llegó a los casi 213 mil votos con Provincias Unidas y un Florencio Randazzo que no logró llegar al piso necesario para entrar al Congreso. Otro puñado compartió lista con la Coalición Cívica y el resultado fue más flojo con menos de 70 mil adhesiones.
Sólo ahí, sobran casi 240 mil electores que buscaron otros caminos. Puede que algunos hayan terminado dentro de los casi 250 mil que capitalizó Fernando Burlando con Propuesta Federal para el Cambio. O en los 52.500 de Proyecto Sur que lideró Ricardo Alfonsín. De todas maneras, también hay que tener en cuenta los espacios como Potencia y Nuevos Aires que volvieron a estar presentes en el ring y sufrieron un desangrado.
El primero, liderado por Maria Eugenia Talerico, perdió casi la mitad de los votos obtenidos en septiembre y dejó 50 mil adhesiones. Los segundos, donde confluyeron los libertarios díscolos que se separaron de Milei en diciembre de 2023, perdieron más de la mitad lo cosechado semanas atrás. Más de 58 mil electores optaron por otro camino.
Entre las ofertas estrictamente liberales, en septiembre tuvo tres listas que recaudaron 224 mil votos. Para octubre, sólo hubo dos por fuera de LLA. Pero este domingo, Unión Liberal y Liber.ar apenas juntaron 60 mil adhesiones.
No hay que dejar de lado que el peronismo tuvo una diversificación aumentada. El Frente Patriota Federal encolumnado en Alberto Samid sacó 70 mil votos más que en septiembre. El espacio Nuevo Buenos Aires que llevó a Santiago Cúneo a la cabeza, alcanzó los 116 mil electores. Y la lista liderada por Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, superó los 78 mil votos. Son, en total, 264 mil votos que podrían haber ingresado a la cuenta de Fuerza Patria.
Dentro de esa cuenta global, pueden haber entrado los casi 59 mil electores de Valores Republicanos y Es con vos, es con nosotros. Ambas listas no compitieron para contar con diputados nacionales. Lo mismo que la fuerza vecinalista Tiempo de Todos, que en septiembre acumuló más de 22.300 votos.
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